La variante Beta del coronavirus puede infectar también a
ratones, así lo revela un estudio realizado por expertos en España, donde
identifican la amplitud del contagio de covid-19 en la mutación que fue detectada
por primera vez en Sudáfrica y que es considerada de alta infectividad por los
especialistas.
El estudio fue hecho por el Instituto de
Investigación del Sida (IrsiCaixa) junto con el Barcelona Supercomputing Center
(BCS) y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) ,del Instituto de
Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), en el marco del consorcio
CBIG.
Los especialistas revelan que la variante Beta puede
infectar a ratones de laboratorio normales, es decir que marca una diferencia
con la variante Alfa, encontrada por primera vez en Reino Unido, la cual se
había detectado que contagiaba a roedores transgénicos, los que fueron
alterados para simular el proceso de virus en humanos.
"La capacidad de las nuevas variantes del virus para
infectar otras especies animales que no eran susceptibles al SARS-CoV-2
original destaca la necesidad de una vigilancia continua y global de la
variabilidad viral, poniendo el enfoque en una única salud, es decir, en la
interdependencia de la salud humana y animal", aclaran los expertos en un
comunicado.
Según revelan, los investigadores se encontraban analizando
las variantes del covid-19 en modelos de animales cuando comenzaron a ver que
en el caso de Beta se podían contagiar los ratones normales.
"Los resultados nos llevaron a descubrir que esto era
debido a la elevada afinidad entre la proteína de la espícula de esta variante
y la ACE2 de los ratones, que es el receptor celular a través del cual el
SARS-CoV -2 puede penetrar las células y, por tanto, infectarlas", afirmó
Julià Blanco, investigadora IGTP en IrsiCaixa.
Según Miguel Romero, experto del BCS, "la clave
radica en un conjunto de mutaciones en la proteína de la espícula del virus,
que hacen posible esta interacción".
"Normalmente, esperaríamos que las nuevas variantes del
SARS-CoV-2 tuvieran más afinidad por la ACE2 humana y, por tanto, que sólo
pudiera infectar ratones modificados genéticamente para expresar esta proteína.
Sin embargo, las mutaciones de la variante Beta le permiten que pueda unirse a
la ACE2 del ratón y, por tanto, que los pueda infectar",
agregó Ferran Tarrés, investigador predoctoral de IrsiCaixa y primer autor
del estudio.
En el comunicado también se aclara que los síntomas
encontrados en los ratones son leves y pueden ser resueltos sin complicaciones
por el propio sistema inmunitario de estos animales.
Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CReSA, sostiene que
"como ya comprobamos en el inicio de la pandemia, los virus pueden
infectar diferentes tipos de seres vivos y, a medida que surgen nuevas
variantes, estas pueden ampliar su capacidad de infectar nuevas especies".
"Es importante no reducir el seguimiento del SARS-CoV-2
al ser humano. Si queremos controlar eficientemente la pandemia y prevenir
otras que puedan venir, hay que dedicar esfuerzos a estudiar cómo circula el
virus también en los animales, y eso solo lo conseguiremos llevando a cabo una
investigación colaborativa e interdisciplinaria", agregó Julià Blanco
en el comunicado.
El siguiente paso supone analizar los efectos de la variante
Beta en ratones dentro de un entorno natural, aunque los analistas consideran
que es necesario investigar este hecho a través de una perspectiva más global.