La científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Paola Castillo Juárez, desarrolla un biofármaco a
partir del diseño de cuatro péptidos (pequeños fragmentos de proteínas), los
cuales una vez sintetizados probaron tener una eficacia por encima del 90 por
ciento contra la replicación del coronavirus SARS-CoV-2, por lo que, al
representar una alternativa viable para el tratamiento de la COVID-19, en breve
se iniciarán los trámites de la patente.
El logro de esta investigación lleva implícita la vocación y
el amor a la ciencia, ya que, como lo ha señalado la Secretaria de Educación
Pública, Delfina Gómez Álvarez, ésta es pieza clave para el logro de
resultados.
Mientras que el Director General del Instituto Politécnico
Nacional (IPN), Arturo Reyes Sandoval, destacó que los pilares para la
generación de estos conocimientos son las universidades y por la capacidad que
tienen para hacer ciencia pueden realizar grandes contribuciones a la sociedad.
La experta en virología e inmunología de la Escuela Nacional
de Ciencias Biológicas (ENCB) destacó que los péptidos -diseñados mediante
herramientas bioinformáticas- se evalúan en el Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias (INER) directamente con el coronavirus aislado de
pacientes. “Los resultados son sorprendentes debido a que las moléculas
desarrolladas se enfocan en secuencias conservadas de las partes de la proteína
del SARS-CoV-2, las cuales no cambian aun cuando el virus mute y dé origen a
nuevas variantes”, afirmó.
En ese contexto, la doctora Castillo Juárez detalló que el
péptido dirigido a la proteína S del SARS-CoV-2 evita los cambios
conformacionales que se necesitan para que el virus entre a las células,
mientras que la molécula enfocada al receptor celular de la enzima convertidora
de la angiotensina 2 (ACE2) bloquea la unión de la proteína viral con este
receptor.
Asimismo, abundó, los otros dos péptidos se unen para
impedir que las proteínas M y E (de envoltura) del coronavirus se unan con
otros blancos y de esa forma se evita la producción de las interleucinas
proinflamatorias 6 y 1 beta, que interfieren en exacerbar la inflamación a
causa de la respuesta inmunológica desregulada.
“Comprobamos que un beneficio más de los péptidos es que no
son citotóxicos para la célula e inhiben la replicación viral; de acuerdo con
resultados al contar las unidades formadoras de placa lítica (virulenta)
observamos que disminuyen el título viral, además de impedir el desarrollo de
inflamación, la cual está relacionada con el daño multisistémico”, explicó.
La investigadora informó que en breve iniciarán las
evaluaciones con la variante Delta (de mayor transmisión y la cual actualmente
tiene importante presencia en México). “Por estar dirigidos los péptidos a
secuencias de las proteínas del virus que no cambian (conservadas) estamos
completamente seguros que también van a ser muy efectivos contra esta
variante”, sostuvo.
La doctora Castillo Juárez precisó que en la siguiente etapa
del proyecto –que esperan concluir al término de 2021– probarán los péptidos in
vivo (modelo animal) y a principios de 2022 prevén comenzar la etapa clínica y
solicitar el apoyo del INER para evaluarlo con pacientes de ese centro
hospitalario. Paralelamente al desarrollo de la patente, actualmente se
encuentra en proceso la elaboración del artículo científico y al concluir el
proyecto planean transferir la tecnología a alguna industria para elaborar un
fármaco que coadyuve al tratamiento de la COVID-19.
Con información de Excélsior