Selena Gomez confesó en una entrevista que no maneja sus redes sociales por
su salud mental y que su asistente se encarga de eso.
La cantante habló del tema para la revista Elle, después de
que en 2017 desaparecieran sus redes sociales, por lo que dijo que ahora
aprendió a estar bien con ella misma.
“De repente tuve que aprender a estar conmigo misma. Eso era
molesto, porque antes podía pasarme horas mirando la vida de los demás. Ahora
cuando mis amigos tienen algo de lo que hablar, me llaman”, dijo la cantante.
Gomez también dijo que ha habido momentos en los que no se
ha sentido lo suficientemente fuerte, además de que lidiar con su trastorno
bipolar le resultó complicado cuando se supo en su momento.
“Mi lupus, mi transplante de riñón, la quimioterapia, tener
una enfermedad mental, tener que afrontar rupturas sentimentales ante el ojo
público. Es que son muchas cosas las que, sinceramente, podrían haberme derrotado”,
confesó Selena Gomez.
La actriz admitió ha seguido adelante porque quiere ayudar a
más gente que se ha sentido igual que ella.
Selena reveló que no piensa retirarse del mundo de la
música, declaración que dejó muy contentos a todos sus seguidores.
La artista compartió algunas de las fotos que formaron parte
de la entrevistas en sus redes sociales, donde se puede apreciar que fueron en
blanco y negro.
En total, las publicaciones superaron los 10 millones de “me
gusta” y miles de comentarios positivos de sus fans.
Las enfermedades de Selena Gomez
El lupus que padece Selena Gomez la llevó en 2017 a
someterse a un trasplante de riñón como parte del tratamiento contra esta
enfermedad, y la actriz Francia Raisa fue su donante.
La ex estrella infantil, de 28 años, reveló que en 2015
había sido diagnosticada con lupus, una enfermedad crónica del sistema
inmunológico que ataca al tejido sano del cuerpo.
Asimismo Selena Gomez ya había revelado previamente que
sometió de manera secreta a quimioterapia un tiempo por lo que interrumpió
una gira mundial, diciendo que necesitaba lidiar con los efectos del lupus que
además de los estragos físicos le causaba ansiedad, ataques de pánico y
depresión.
Tiempo después fue diagnosticada con trastorno bipolar,
enfermedad que la llevó a alejarse de los reflectores y las redes sociales.