MÉXICO. - El presidente del colectivo Amigos y Familiares de Desaparecidos, Guillermo Gutiérrez Riestra, aseguró que, dentro de fosas comunes del estado, la delincuencia deposita cuerpos de manera clandestina.
Para evitar ser localizados los restos de algunas de sus víctimas, grupos de civiles los entierran en dichos espacios de los panteones, lo que ha complicado los procesos de búsqueda.
“Por ejemplo en el panteón de Victoria iban a la una de la mañana a tirar cuerpos, usando una máquina para excavar, vecinos del cementerio lo han visto”.
Gutiérrez Riestra resaltó que es parte de la “operación limpieza” que hacen grupos criminales para que no se vea tanto la violencia.
“Por ejemplo también los carros que quemaban, los hacían pedacitos y los llevaban a vender al fierro viejo y en el caso de los cuerpos los arrojan a las fosas comunes”.
Recordó que la activista Miriam Rodríguez encontró el cuerpo de su hija en una fosa común y así ha ocurrido, dijo, en muchos otros casos.
“Miriam siempre decía, las fosas comunes tienen que abrirse”, comenta Guillermo Gutiérrez y agrega que por parte de la autoridad existe un juego perverso porque promueve y financia las búsquedas en cerros o lugares muy lejanos, cuando se tienen fosas comunes con 500 a mil cuerpos.
Lamenta el trato a los cadáveres, unos arriba de otros, en bolsas negras o sin estas, en condiciones indignas.
“No pedimos que los busquen muertos, eso facilita que el estado se desobligue de buscarlos vivos. El estado falló en darnos seguridad y tiene la obligación de buscarlos vivos”. En cuanto a los procesos de identificación, refirió que en el panteón forense de Miguel Alemán apenas se ha puesto nombre a 17 cadáveres, pues ha faltado promoción.
