En condiciones de hacinamiento, aplastados unos contra otros, peleando por el poco alimento que hay, solo para mantenerlos vivos, antes de ser degollados en un ritual de santería, viven cientos de animales en pequeñas jaulas de decenas de locales del Mercado de Sonora en la Ciudad de México.
“¿Qué anda buscando?, ¿un gallo, una gallina, una paloma, un pollón? ¿Qué buscaba?, ¿algo para limpia, para curación? Para limpias para un negocio. Tiene que ser algo negro. ¿Por qué?. Para que recoja todo lo malo, lo quiere para un negocio, ¿no?”, dijo un comerciante del Mercado de Sonora.
Los vendedores reconocen que la mayoría son comprados para sacrificios, para realizar trabajos, solo en ocasiones para venderlos como alimento o mascotas.
“Dependiendo de lo que quieres es el santo que te puede ayudar, si es para la salud, sería Obatala. Ahí que hay que dar lo blanco, gallinas blancas, palomas blancas. ¿Y los pollitos?. Los pío, pío, en 10 pesos, 21 de esos también los puede matar para que le abran los caminos, para su negocio”, dijo el comerciante del Mercado de Sonora.
Por la parte de atrás del mercado llegan camiones cargados con jaulas provenientes, dicen, de granjas de diversos lugares de la República.
Para poderlos vender hay que mantenerlos vivos. Los muertos ya no sirven para el sacrificio.
Aquí mismo venden todos los utensilios como hierbas, esencias, cacerolas y otros accesorios.
“Ahora sí que lo piden así completo, ahora sí que es el juego de guerreros. Es el caldero, el oso y las herramientas. ¿Y en el caldero se ponen los animales?. Ahora sí que le cortan el cuello y le echan la sangre”, señaló el comerciante del mercado de Sonora.
Al interior hay mucho movimiento, palomas blancas y de otros colores, borregos, cabras, gallinas, pollos y pollones, así como gallos blancos, amarillos, rojos y negros, que viven en hacinamiento, recluidos dentro de jaulas muy pequeñas, aplastados unos contra otros en los pequeños locales dentro del mercado.
“Apenas llegaron ¿Están sanos?. Sí. Pero están bien flacos. Es que no comen”, apuntó el comerciante.
Recién llegados, los borregos, comprimidos en jaulas de plástico, parecen inertes y para sacarlos por la pequeña puerta prácticamente los tienen que desdoblar.
“¿Cuánto? 900. ¿De qué edad son? 3 meses, el otro de 6”, dijo el comerciante.
Explican que dependiendo del trabajo y la fuerza del ritual será el tipo y tamaño de animal que será sacrificado. Puede ser hasta un toro.
“Hay carnero y chivo, te sale en 900 el grande, es para un trabajo para un negocio, pero tiene una vibra fuerte. Hay que llevar algo bueno, si quieres uno chingón, con cuernos, te sale en mil 200. Cuando un animal tiene cuernos es mejor”, aseguró el comerciante.
Una de las santeras del mercado de Sonora señala que se pueden hacer limpias con y sin animales.
“Matar el chivo es el babalao, el santero la potestad que nosotros tenemos es gallina, gallo, pero con la mano. ¿Por qué se hace un sacrificio? Porque el animal intercambia su vida, es un intercambio de energías. Llega a los pies del Ofi. ¿Quién es el Ofi? Dios. Le tienes que arrancar la cabeza, al menos que tengas una ceremonia para matar con cuchillo, ya se puede. De preferencia nos gusta trabajar más sin matar animales. No siempre se necesita matar un animal, puede ser limpiar con flores, limpiar con hierbas, con fruta también”, explicó una santera del Mercado de Sonora.
Con información de Adriana Valasis.