Menos de un mes después de la masacre de 17 personas en San José de Gracia, Michoacán, otro hecho superó el número de víctimas mortales en el mismo estado, pues el pasado 27 de marzo 20 personas fueron ejecutadas por un comando armado mientras se encontraban al interior de un palenque en el municipio de Zinapécuaro.
Un día después de los hechos, la Fiscalía General del Estado de Michoacán dio a conocer resultados sustanciosos de las primeras indagaciones realizadas por personal de investigación de la dependencia, quienes lograron reconstruir los hechos violentos.
De acuerdo con lo informado por la Fiscalía, el palenque abrió aproximadamente a las 15 horas del domingo 27, establecimiento que se ubica en el rancho El Paraíso de la colonia Emiliano Zapata, y en en el cual se organizaban constantes reuniones de los integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Aquél día se celebró un evento abierto al público en el cual se realizaron alrededor de 40 peleas de gallos sin apuesta y supervisado por la Sección Nacional de Criadores de Aves de Combate, el cual fue “organizado con fines de selección de genética”.
Tras haber concluido sus operaciones y después de que presuntamente los visitantes del palenque hubieran abandonado el recinto, los miembros del CJNG, que dominaban el municipio, se quedaron para seguir celebrando su reunión, en la cual se encontraba el líder de la célula criminal.
El dirigente regional de la organización delictiva estaba presente en el lugar y se presume que haya sido el objetivo de los sicarios del cártel de Los Correa, a quienes autoridades michoacanas atribuyen el ataque, pues habrían realizado una incursión armada en la entidad para arrebatar el control de las operaciones ilícitas en la zona.
Después de que el palenque hubiera cerrado sus puertas al público en general, el comando armado ingresó en el lugar a bordo de una camioneta distribuidora de frituras, la cual había sido robada en el Estado de México días antes, y de la que descendieron diversos civiles portando fusiles de alto poder, además de portar prendas y equipo táctico.
Al mismo tiempo y de manera coordinada, un camión de pasajeros, el cual había sido secuestrado, se utilizó para mantener un bloqueo al exterior del inmueble y así evitar que las víctimas escaparan del lugar.
“Una vez que ingresaron al recinto, los hombres accionaron armas de fuego en contra de los asistentes, entre ellos, el propietario del recinto, Abiel A., de 59 años, y el hijo de éste, Salvador A., quienes murieron en el lugar, al igual que otras 17 personas. En esa agresión resultaron lesionadas cinco personas, una de las cuales murió en el trayecto a un nosocomio”, informó la fiscalía.
Después de haber ejecutado a 20 personas, los sicarios abandonaron el vehículo en el cual llegaron y huyeron del lugar a bordo de automóviles robados a las víctimas del ataque. Además, las autoridades estatales “ubicaron 15 vehículos de diferentes tipos y modelos, en uno de los cuales, presuntamente relacionado con las personas que sufrieron la agresión, se localizó indumentaria y calcomanías con el logotipo de una célula criminal’', informó la fiscalía.
La indumentaria y los vehículos fueron trasladados a las inmediaciones de la FGE, lugar en el cual también fueron presentados más de un centenar de casquillos percutidos de calibre 7.62 y .223, así como una granada calibre .40 mm, los cuales fueron levantados como evidencia del ataque.
“Hasta esta tarde, ante la Fiscalía han sido identificados Abiel A., Salvador A., José Andrés M., José H., Erik Salvador M., Daniel E., Melissa S., y Damián M.”, informó la dependencia mediante un comunicado.