El decomiso de chalecos antibalas en enfrentamientos contra grupos criminales pone al descubierto que la utilización de este equipo va en aumento y que algunos cárteles de las drogas les ponen su sello o logotipo.
La información proporcionada a MILENIO por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) también revela que muchos de los chalecos tácticos y bélicos incautados tienen las mismas características que los equipos que ofrecen tiendas en línea de los Estados Unidos, las cuales distribuyen productos de las armerías demandadas por la cancillería mexicana.
De acuerdo con una revisión de tiendas en línea, los costos de estos productos van desde los 600 hasta los 2 mil dólares. El tiempo de entrega prometido es de 15 días y, en algunos casos, ofrecen enviarlos a México y otros países, sin pedir mayores requisitos.
Algunas tiendas estadunidenses que ofrecen equipamiento táctico y bélico incluso incluyen en su catálogo el producto Narco vest, una opción de compra que traducida al español significa “chaleco narco”.
Las promueven como “armaduras corporales in situ” con tecnología de punta y parecen conocer bien a su público meta. “US Armor Corporation supera los estándares de la industria en tallas”, se enorgullece uno de los fabricantes radicados en Minnesota, el cual presume que, como pocos, tienen chalecos para tallas XXXX grandes.
La comercialización abierta con nombre y apellido de estos equipos es visible también en las calles de México: y es que en lo que va de esta administración, año con año las distintas corporaciones policiacas han incrementado el número de aseguramientos de “narco chalecos” en enfrentamientos armados.
Y no sólo eso, si no que los narcotraficantes también han hecho despliegue de su ego a través de ellos: en estados fronterizos como Nuevo León y Coahuila, un gran número de los chalecos incautados de 2018 a la fecha estaban personalizados.
Las reportes que han levantado las fiscalías estatales también revelan que, al igual que los vendedores, quienes no disimulan son las organizaciones delictivas, las cuales han mandado imprimir desde calaveras estampadas hasta las siglas CDN (Cártel del Noroeste) o CJNG (Cartel Jalisco Nueva Generación) en todo lo ancho del chaleco antibalas y en letras blancas.
Una investigación de MILENIO revela que hasta la fecha autoridades federales como la Sedena y la Semar, así como algunas fiscalías de los estados fronterizos por donde ingresa este equipo táctico y armas, reportan que desde el 1 de diciembre del 2018 a la fecha han decomisado 4 mil 87 chalecos antibalas.
En este mismo periodo, casi 600 integrantes de grupos criminales fueron detenidos en enfrentamientos con autoridades militares, lo que significa que dos terceras partes de los delincuentes arrestados habrían traído este tipo de equipamiento.
El incremento de incautaciones es evidente: durante el mes de diciembre del 2018 se decomisaron 63 chalecos narcos, mientras que en el 2019 hubo 768. Sin embargo, para el 2020 se disparó hasta mil 129, y para 2021 alcanzó los mil 438 aseguramientos.
Y la estadística continuará creciendo: al primer trimestre de este año han sido incautados al narcotráfico 706 chalecos antibalas.
El equipo táctico fue encontrado a lo largo y ancho del país y sí obedece a un patrón: Sonora, Tamaulipas y Michoacán, encabezan la lista. Las autoridades en la gran mayoría de los casos no capturaron las marcas aunque sí levantaron reportes con especificaciones que revelan cómo y por quiénes han sido portados.
Los hechos ocurrieron apenas el 28 de octubre del año pasado. Sobre una de las principales avenidas del estado norteño de Tamaulipas, en Nuevo Laredo, residentes reportaron que se escuchaban balazos en una de las principales avenidas de la ciudad.
Más tarde se sabría que se había registrado un mortal enfrentamiento entre el Ejército Mexicano y miembros de la delincuencia organizada, quienes intentan controlar el paso de drogas a Estados Unidos por la ciudad fronteriza. Ahí en medio del fuego cruzado los tamaulipecos intentaron protegerse.
En la calle y en una camioneta quedaron tendidos los cuerpos de seis hombres de quienes en un principio se desconocía su identidad, aunque no para quien trabajaban: para el Cártel del Noroeste, uno de los grupos del narcotráfico que se disputa el control de la zona fronteriza, una escisión del sanguinario cártel de Los Zetas.
Y lo que reveló quiénes eran, fueron los chalecos antibalas: a lo largo del pecho podía leerse CDN, las siglas de la organización delictiva, quienes habían mandado estampar con letras blancas el equipo táctico.
A lado fue hallada una camioneta donde se encontró con vida aún a un hombre vendado de los ojos y amarrado, que dijo a las autoridades que desde hacía unos días había sido secuestrado por los hombres armados.
Este fue uno de los pocos hechos que trascendieron en la prensa donde se reveló que el narcotráfico estaba personalizando los chalecos antibalas con sus iniciales y sucedió en Tamaulipas. A pesar de la visibilidad de este hecho, de acuerdo con una solicitud de acceso a la información la Secretaría de Seguridad de ese estado aseguró que desde el 2018 hasta la fecha no ha asegurado ninguno de estos equipos.
