En los mares del Pacífico nororiental de México habitan los lobos marinos, que son muy importantes para los ecosistemas, pero que se ven atacados por la actividad humana. Su situación es apremiante: cada año son menos. La mayoría muere por actividades relacionadas con el ser humano como la pesca, algunos de estos animales quedan atrapados en redes o basura. Sin embargo, el proyecto de “Rescate de Lobos Marinos” intenta año con año evitar que tengan un destino fatal.
Eréndira Valle Padilla, directora general de la asociación civil que se encarga de vigilar y preservar la vida de estos especímenes, aseguró, en entrevista para El Heraldo Digital, que los lobos marinos son muy importante, se les considera una especie centinela pues se encuentran en la cima de la cadena trófica y su presencia o ausencia puede ser un indicador del estado de salud del nicho ecológico. Además, atraen a muchos turistas, lo que genera importantes beneficios económicos para las comunidades que trabajan con ellos.
Una batalla contra el tiempo
Valle Padilla precisó que la situación de los lobos marinos es compleja, hace sólo 40 años en México se les protegió y se prohibió su caza para usarlos como carnada en la pesca de tiburón. Hoy en día aún enfrentan riesgos mortales a pesar de que hay varias colonias en la Península de Baja California y en la parte continental, pero sólo están resguardadas en la parte terrestre y sólo en la isla Espíritu Santo cuentan la defensa en papel tanto en tierra como en mar.
En nuestro país hay dos tipos: el lobo marino de California (Zalophus californianus) y el Lobo Fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi), la población de ambas ha batallado por subsistir, de acuerdo con Eréndira, en los últimos 30 años, en el golfo californiano ha bajado aproximadamente 60% y en el Pacífico 40%.
“Nosotras ayudamos a quitarles la basura o líneas de pesca en las que quedan atrapados. A veces incluso pueden ser redes fantasma, que se utilizaron y fueron abandonadas en el agua… Hemos quitado empaques de motores de barcos e inclusive también ropa, visores”, detalló.
También consideró que parte del problema es que no hay programas de mitigación y tampoco las autoridades correspondientes, como Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas o la Dirección General de Vida Silvestre, se han reunido para establecer acuerdos de cómo debería de regularse y cuidar a la fauna marina.
“No queremos llegar nunca a una situación igual que la de la vaquita (que en 2021 llegó a haber sólo siete)... Entonces creo que lo peor que podríamos hacer es no tener cuidado, porque los lobos son solo la punta del iceberg… No solamente perdemos lobos, también perdemos mamíferos marinos, delfines, ballenas y aves”, apuntó.
¿Cómo trabajan para salvar a los lobos marinos?
Valle explicó que usan dos técnicas para el desenmalle de los lobos marinos, la primera es la sedación remota, que se utiliza en aquellos que pesan 60 kilos o más y consiste en el uso de un rifle de dardos con una mezcla de medicamentos que permiten que el animal se tranquilice, respire y permanezca tranquilo mientras se le atrapa con redes mariposeras y se le quita lo que tenga enredado y tratar sus heridas. La segunda técnica es la técnica mixta, que combina la contención física y la sedación química con una máquina de anestesia inhalada.
Se prioriza la atención a las crías, juveniles y hembras, ya que las heridas y daños que presenten son más graves en ellos y su recuperación es más rápida si se les atiende a tiempo. Los individuos no son llevados a ningún lugar después de ser atendidos, sino que se les limpia, se les pone un tag de identificación y se les libera en el mar. La estación de trabajo está ubicada cerca de la colonia de los lobos marinos para que puedan regresar fácilmente a su hábitat natural y suelen ser equipos de entre 5 y 15 personas.
Trabajan por lo regular en Baja California Sur y Sonora, siempre en unión con las autoridades, pues se tienen que tramitar permisos. Ahora saben que hay dos con problemas en La Isla Espíritu Santo, en La Paz, donde monitorean cada mes, y pronto irán a brindar ayuda.
Enfatizó en que estos protocolos, basados en ciencia, no se hacían y son relativamente nuevos. Indicó que esto fue gracias a Daniela Bárcenas de la Cruz, quien tuvo su experiencia en The Marine Mammal Center, en California, Estados Unidos. Ella también dirige la asociación con Valle.
La falta de recursos también es un obstáculo difícil de superar
Valle expuso que cada año se realizan los desenmalles, aunque lo ideal sería ir cada dos años. Desde el 2015, han auxiliado a más de 60 lobos marinos. Sin embargo, el presupuesto es un obstáculo muy difícil de sortear. Y es que los grupos de trabajo están conformados por veterinarios, biólogos, entre otros, además de que los dispositivos con los que intervienen no son baratos.
Precisó que financian sus acciones a través de campañas de crowdfunding, ya que no hay un fondo en México para la pesca, ya sea industrial, artesanal o deportiva, que ayude a atenuar los impactos negativos de la interacción humana con los organismos marinos. Aunque hubo un tiempo que recibieron apoyo estatal, ya no es así.
“Este proyecto en realidad continúa por el esfuerzo de los ciudadanos... Estamos en la búsqueda de fortalecer otros lazos de colaboración con empresas, tenemos que innovar o implementar nuevos mecanismo para tener apoyo, por ejemplo, tenemos la deducibilidad de las donaciones… El dinero va exclusivamente para gastos operativos”, externó.
¿Existe desinterés de las autoridades?
Los esfuerzos parecen provenir de la gente, pues las políticas del Ejecutivo Federal se han encaminado a cortar de tajo el presupuesto a Asociaciones Civiles por la sospecha de que desviaban los recursos o de que eran utilizadas por empresas para evadir impuestos. Además, el erario destinado a la conservación de entornos naturales también ha bajado en los últimos años. Estas situaciones minaron la capacidad de gestión de “Rescate de Lobos Marinos” ,
Sin embargo, Eréndira considera que no es por un tema de desinterés por parte de los políticos, sino más bien de desconocimiento, “si tuviéramos tal vez mejores herramientas por parte de los diferentes sectores inclusive hasta el de investigación y una mejor comunicación, ellos tal vez se tomarían diferente las decisiones… Pues hemos tenido experiencias de que en el momento en que les mostramos las fotografías que en el momento en que les hablamos de de los monitoreos toman acciones”.
También hizo hincapié en que esta debe ser una labor compartida con la sociedad:
“Porque, por ejemplo, el desenmalle, es una responsabilidad humana porque es consecuencia de la interacción humana… No se puede argumentar que el planeta tiene sus altas y sus bajas y sus cambios de temperatura a través de toda su historia… Es un hecho, la humanidad hace daño a los individuos de la vida silvestre”, añadió.
Hay cosas que se pueden hacer
Pero no todo el panorama es aciago, hay propuestas que podrían ayudar a que esta población de animales esté protegida, Valle enlistó que podrían servir la prohibición de la pesca industrial, artesanal o deportiva cerca de las colonias de lobos marinos y el establecimiento de polígonos y así evitar que las redes o desechos lleguen a afectarlos.
También sugirió campañas o esfuerzos para adoptar la utilización de herramientas que reduzcan el impacto de la pesca en el medio ambiente, como redes y líneas de pesca que no dañen la fauna marina, y una mayor concientización de los pescadores para fomentar prácticas más sostenibles. Del mismo modo, la capacitación de los pescadores de todos los niveles.
Los consumidores pueden también contribuir a la solución del problema, si se informan sobre la trazabilidad de los productos del mar que compran y con la elección productos provenientes de prácticas más responsables y sostenibles.
Valle puntualizó que si la gente quiere apoyar directamente “Rescate de Lobos Marinos” pueden participar en las campañas de crowdfunding o compartir información en sus redes sociales. Si tienen interés, pueden ser también voluntarios o prestadores de servicio social.
“El desenmalle cuenta y mucho… No podemos darnos el lujo de perder individuos a los cuales pudimos haber ayudado… Cada individuo cuenta para nosotro”, concluyó.
Heraldo de México