Además del amparo que interpuso la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) contra la impresión de los libros de texto gratuitos del ciclo escolar 2023-2024, al menos en otras cuatro entidades federativas se alista igual número de demandas de amparo por el mismo motivo, afirmó Israel Sánchez, integrante de esta asociación. En Baja California, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas algunas organizaciones y comités de la UNPF han avanzado en el proceso para interponer los amparos, detalló en conferencia de prensa. Esperan, agregó, que más entidades federativas se sumen a esta cruzada legal para detener la impresión de los materiales educativos.
Por el momento, otras asociaciones que promueven el derecho a la educación, como Educación con Rumbo y Suma por la Educación, ya se han unido a esta acción jurídica. La Unión Nacional de Padres de Familia presentó un amparo contra la impresión de los nuevos libros de texto al señalar que se diseñaron sin considerar los planes de estudio vigentes y sin consultar a las entidades federativas, padres, madres y docentes, como lo establece el artículo 3 de la Constitución. Con el amparo, la asociación logró que una jueza federal suspendiera de manera provisional la impresión, mientras que la SEP presenta un informe sobre los libros. El reclamo principal de la UNPF es que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no ha difundido oficialmente el nuevo contenido de cinco libros de primero de primaria; cinco de segundo grado; dos de tercer año, y dos de cuarto grado de primaria. “El problema es que no tenemos acceso a esos contenidos, la autoridad no los ha socializado como lo marca la ley. Eso es lo grave: se anuncia que ya se estaban imprimiendo, pero no conocemos el contenido”, explicó Israel Sánchez. Con la demanda de amparo buscan, sobre todo, que la SEP dialogue con las familias y difunda el contenido de los libros. Aunque la UNPF ha buscado acercamiento con las últimas dos secretarias de Educación, Delfina Gómez y Leticia Ramírez, hasta ahora no se ha obtenido respuesta. “No conocer estos contenidos es una regresión muy grave a prácticas del pasado. El gobierno, las autoridades, deben rendir cuentas de lo que hacen. Por qué tienen miedo de darlos a conocer (los libros de texto)”, subrayó.