La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra ante un desafío cada vez mayor: la propagación de enfermedades víricas como el dengue, el zika y el chikungunya, vinculadas al fenómeno climático conocido como El Niño. En una conferencia de prensa, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reveló que los efectos del cambio climático están fomentando la proliferación de mosquitos y, como consecuencia, la expansión de estas enfermedades.
Ante esta creciente amenaza, la OMS ha tomado medidas firmes. El año pasado, estableció la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus, cuyo objetivo principal es fortalecer la capacidad global para prevenir, detectar y responder a los brotes de estas enfermedades, según señaló Ghebreyesus.
El fenómeno de El Niño se refiere a la variación de la temperatura superficial del agua en el océano Pacífico ecuatorial y tiene un impacto significativo en el clima mundial. Mientras el fenómeno climático se caracteriza por un periodo cálido, su contraparte, conocida como La Niña, corresponde a un periodo frío.
Actualmente, el regreso del patrón climático de El Niño después de casi cuatro años de dominio de La Niña genera preocupación debido a la posible aparición de fenómenos climáticos extremos, pérdidas económicas y otros trastornos a nivel global, según informa Reuters y AFP.
Este año, Perú ha declarado el estado de emergencia en la mayoría de sus regiones debido al aumento de casos de dengue, lo que incluso provocó la renuncia de la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, la semana pasada.
Paralelamente, Tailandia ha experimentado el mayor número de casos de dengue en tres años, con 19 mil 503 confirmados por las autoridades sanitarias locales desde principios de 2023 hasta la primera semana de junio. Los casos también están aumentando en Malasia y Camboya. Ante esta situación crítica, la OMS se encuentra en alerta y trabajando arduamente para abordar esta creciente crisis de salud global.
¿Qué es el fenómeno de El Niño?
El fenómeno del Niño es un patrón climático que se produce en el océano Pacífico ecuatorial. Se caracteriza por un calentamiento inusual de las aguas superficiales en esa región, lo cual tiene importantes repercusiones en el clima global. Este fenómeno se produce de manera irregular, con intervalos que pueden variar entre dos y siete años.
Durante el fenómeno del Niño, las aguas cálidas del Pacífico ecuatorial se desplazan hacia el este, provocando cambios significativos en los patrones de viento y precipitación en diversas regiones del mundo. Estos cambios pueden tener impactos importantes en la temperatura, las precipitaciones y los patrones climáticos a nivel global.
En general, el fenómeno del Niño se asocia con un aumento de las temperaturas en muchas partes del mundo, especialmente en el Pacífico tropical y en algunas regiones de América del Sur. También puede llevar a condiciones más secas o más húmedas de lo normal, dependiendo de la ubicación geográfica.
Los efectos del fenómeno del Niño pueden ser variados y significativos. Pueden incluir sequías prolongadas, inundaciones, tormentas más intensas, alteraciones en los ecosistemas marinos y terrestres, y cambios en los patrones de pesca. Estos impactos pueden tener consecuencias para la agricultura, la disponibilidad de agua, la seguridad alimentaria y la salud humana.
Es importante destacar que el fenómeno del Niño tiene un fenómeno opuesto llamado La Niña. Durante La Niña, las aguas superficiales en el Pacífico ecuatorial se vuelven más frías de lo normal, lo cual también puede tener efectos significativos en el clima global, aunque en dirección opuesta a los observados durante el Niño. (Heraldo de México)
