CDMX: Víctima de trata fue comprada en $100 mil ¡para salvarla!

04 junio 2023
Noticias de Yucatán. 

Berenice vivió una vida tormentosa desde pequeña. Cuando nació, en el seno de una familia de bajos recursos, siempre tuvo malos tratos y sufrió abandono. Incluso jamás fue registrada, no tenía credencial de elector. Ante las pocas oportunidades de carrera, comenzó a prostituirse desde los 10 años para tener dinero, y llegó a un table dance como menor de edad. 

Tenía 15 años, como lo reveló en entrevista con el Youtuber Gusgri, y durante su primera noche trabajando como bailarina y acompañante logró hacerse con 12 mil pesos, el dinero empezó a llegar. Para entonces ya había tenido una hija, pero la abandonó con su madre para sumergirse en el mundo de las drogas, el alcohol y la fiesta. 

Ese fue su lugar seguro durante muchos años. La conocían como "La Colombiana"; pues se hizo pasar como extranjera, precisamente para tener más clientes. Un buen día, alguien le propuso ir a la Ciudad de México para desempeñar el mismo oficio, le dijo que ganaría mucho más dinero porque son más generosos que en el norte.

A los 18 tuvo su segundo hijo, de quien era el portero del centro nocturno donde trabajaba, y un par de años más tarde tuvo otro hijo, el tercero, por lo que se decidió por fin ir a ganar más dinero, y dejó al bebé también con su madre; sin embargo, se encontró con una vida bastante parecida al infierno desde que pisó la capital.

Cuando llegó al a central de autobuses con una de sus amigas a la que conoció en el mismo centro nocturno, fue recibida por unos hombres que supuestamente la llevarían hasta el nuevo trabajo, pero en realidad las noquearon, y despertaron desnudas, amagadas y golpeadas en un lugar donde eran vigiladas por un hombre que las insultaban y les dijo que ahora eran de su propiedad.

"Yo sabía que secuestraban gente, pero yo no sabía nada de trata de blancas. La gente hoy en día lo toma como risa, como meme, como si solo pasa en la Rosa de Guadalupe. Llevamos una vida tan desenfrenada que no vemos lo que está sucediendo", dijo.

Ahí comenzaron a prostituirse sin ganar dinero, amenazadas las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Estaban amenazadas no solo con matarlas, sino con matar a sus familias. Estaban encerradas, no podían ni ver la luz del día, y ya no sabían en qué momento del calendario estaban, simplemente vivían.

Vieron cosas horribles. Desde violencia máxima al momento de las sesiones sexuales, hasta prostitución infantil, pues llegaron a escuchar que llevaban niños y niñas también. Pasaron por ese lugar decenas de mujeres que estuvieron con ellas durante los años que estuvo en la red de trata.

Después fueron vendidas a otra banda, pues ya no podían retenerlas ahí. En ese otro lugar fue donde conoció a un señor que la visitaba constantemente, pero no quería sexo, simplemente platicar con ella. Un buen día la invitó a cenar, y sus captores le dijeron que se pusiera un vestido elegante, el único que tenía, para ir con el señor, pero la iban a estar vigilando, si hacía un mal movimiento, la matarían.

La noche siguió hasta la madrugada, y ante su preocupación de haberse tardado mucho para salir o regresar a su trabajo, le confesaron que pagaron una suma de aproximadamente 100 mil pesos para sacarla de ese mundo y convertirla en su esposa, por lo que ya era completamente libre de hacer lo que quisiera.

Aunque quiso seguir su camino, un buen día se abrió una red social en Facebook, pues no sabía lo que era eso debido a tantos años encerrada. Se puso un nombre falso, el de sus hijos, y fue contactada por uno de ellos para que se volvieran a reunir, le aseguró que ya sabía que era ella, y que la necesitaba.

Así decidió volver a su pueblo, y el señor la apoyó, le dio dinero, y se despidieron. Ahora, dijo, sabe que el señor está casado y tiene una familia, pero ella le sigue agradeciendo todo lo que hizo por mantenerla a salvo. Al reunirse con su madre, le confesó que como no podía con el paquete, terminó regalando a su hija a una tía que no podía tener hijos.

Esa decepción la hizo volver a alejarse. Ahora Berenice es parte de diversas fundaciones y de iglesias cristianas que ayudan a mujeres que son víctimas de la misma violencia. Lleva sus historias por todas partes donde puede para crear conciencia y que logren salvarse del mundo de la prostitución.

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