Sin análisis de factibilidad, los trenes de pasajeros en México que busca impulsar por decreto el Presidente Andrés Manuel López Obrador van a fracasar, aseguró Marco Antonio Garza, director de la consultora Evaluación y Ejecución, especializada en proyectos de infraestructura y logística.
Ayer, AMLO anunció que el próximo 20 de noviembre publicará un decreto para que las vías férreas sean usadas para trenes de pasajeros, ya que de acuerdo con la ley tienen prioridad estos.
Garza precisó que si bien las empresas ferroviarias no están obligadas a prestar el servicio de pasajeros, sí lo están para compartir las vías, siempre que no haya interferencias con sus servicios de carga.
Sin embargo, refirió que todos los sistemas de transporte masivo ferroviario en el mundo, tanto urbanos como interurbanos, así como los metros, están subsidiados.
“Antes de establecer un servicio subsidiado, el Gobierno tiene que hacer un análisis de preinversión, una corrida financiera, un estudio de mercado y un análisis de costo-beneficio, pero no lo ha hecho”, expuso.
“Lo primero que tendría que analizar ese decreto es que el servicio que fuera a prestar una empresa que tenga la concesión no le genere una pérdida y que el servicio no perjudique el espíritu original de la concesión, que es para el transporte de carga”.
“Si no se analizan temas como dónde va a interferir el tren de pasajeros con el de transporte de carga, si van a tener que compartir horarios y rutas, y cuál es el mercado de cada una de las rutas de pasajeros, el decreto va a ser un fracaso como todos los proyectos de inversión que en cualquier parte del mundo se determinan por un decreto”, advirtió.
En su mañanera de ayer, AMLO culpó a los “Gobiernos neoliberales” de acabar con los trenes de pasajeros.
Sin embargo, de acuerdo con estadísticas previas de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes, las cifras de pasajeros ferroviarios empezaron a caer antes de las concesiones.
En 1980, la entonces empresa Ferrocarriles Nacionales de México movió 23 millones 685 mil pasajeros, para 1992 bajó a 14 millones 740 mil y para 1998, un año después de entregar la primera concesión a Kansas City Southern de México, el flujo de personas en trenes se desplomó a 1.6 millones.
Garza explicó que cuando surgió el tren de pasajeros en el País era la mejor opción de transporte.
“En el periodo de Porfirio Díaz no había manera de que una carreta pudiera competir con el ferrocarril, pero conforme pasó el tiempo y se modernizó la red carretera y el autotransporte de pasajeros también, el ferrocarril perdió competitividad porque el tiempo de traslado era mucho mayor; por ejemplo, de Monterrey a Tampico hacías mucho más de 10 horas”.
Actualmente, dijo, no solo está el transporte carretero de autobuses, sino que hay más opciones como las aerolíneas de bajo costo.
Indicó que para que un tren de pasajeros fuera competitivo tendría que ser de alta velocidad, pero ello requeriría otra red de vías en el País, pues no se podrían usar las actuales.
Señaló que en el caso de la carga, el tren es más competitivo que los tráileres a partir de recorridos mayores a 500 kilómetros.
Con información de Reforma
