Feminicidios y otras deudas de la Justicia con las mujeres, la herencia de López

30 mayo 2024
Noticias de Yucatán. 

(France24).- México, donde las víctimas de las violencias contra las mujeres suman miles, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez lideran las encuestas presidenciales, por lo que organizaciones, artistas y académicas esperan que la nueva presidencia, liderada por una mujer, detenga la tendencia de dos mujeres asesinadas cada día y la impunidad deje de ser la norma.

Cada día entre 9 y 10 mujeres son asesinadas en México, ese es el promedio de una triste estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

"Ivonne, Mariana, Ingrid, Malena, Belén, Sabina... no olvide sus nombres, por favor, señor presidente”, han gritado cientos de mujeres en las marchas convocadas para reclamar Justicia.

Una Justicia que no llega, pese a los avances en materia jurídica para la protección y prevención de las violencias de género en México, en cuyas elecciones presidenciales, por primera vez, dos mujeres encabezan las encuestas y una de ellas tiene genuina oportunidad de ser la primera presidenta de la nación. 

El feminicidio, definido como el asesinato de una mujer por motivos de género, representa una de las formas más extremas de violencia contra las mujeres y un grave problema en México, que suma miles de feminicidios, en algunas regiones más que en otras.

“Antes había un maquillaje, de verdad muy descarado, en las cifras. Hoy hay muchas más herramientas para denunciar, pero no son suficientes. Hay mucho trabajo, pese al marco jurídico favorable que tenemos”, afirma Ana Elena Contreras, asesora en materia de género y derechos humanos de México.

Hasta la fecha, solo en 2024, se han reportado 246 asesinatos a mujeres por razones de género (según el SESNSP). 

El Estado de México (25), Nuevo León (24) y Ciudad de México (21) encabezan la lista de los estados más violentos.

Esto ubica a México como el segundo país con más feminicidios anuales en América, únicamente por debajo de Brasil. 

Las cifras de los años anteriores no fueron mejores. En 2022 se reportaron 976 feminicidios y en 2023 fueron 848 (según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe). 

"El feminicidio no solo es el delito consumado" 

También están aquellas mujeres que son atacadas y sobreviven para luego atravesar un doloroso camino sin garantías de Justicia. 

La central de llamadas de emergencia de ese país de centro América, hasta abril de este año registró 108.573 llamadas que reportaron algún tipo de violencia contra la mujer. De este número, más de 2.000 fueron por abuso sexual y más de 4.000 por acoso. Una cifra que casi no ha variado desde la pandemia.

Además, en los cuatro primeros meses de 2024 hubo 22.227 mujeres víctimas de lesiones dolosas (es decir, que sus agresores obraron con plena conciencia) y 6.955 víctimas de violación de las que se conoce la denuncia. 

Justo es ahí, al comienzo de la declaración ante la entidad competente, donde empiezan las barreras para las denunciantes. Ana Elena Contreras, asesora en materia de género y derechos humanos de México, le cuenta a France 24 de una mujer que luego de un concierto fue drogada para luego ser violada, y su caso quedó en la impunidad.

La denuncia no la aceptaron al comienzo - cuenta- y luego de presionar con otras compañeras la recibieron en el Ministerio Público. Sin embargo, le dijeron que debía desistir, porque no se lograría nada.

“Decían que no había a quién acusar, y ese modus operandi lo tiene bien estudiado ese agresor, que ahora está en libertad”, cuestionó.

Por eso dice que "cuando hablamos de feminicidio, no solo hablamos del delito consumado, sino de la violencia que va avanzando de a poco", y menciona que hay varios protocolos que se deben aplicar para la prevención y erradicación de las violencias contra la mujer. 

Afecta a las políticas y requiere una solución política 

Candidatas y mujeres aspirantes han sido asesinadas, de un total de 22 actores políticos a nivel nacional, según el Gobierno, a las puertas de las elecciones presidenciales, parlamentarias, de Gobernaciones y municipalidades.

Brenda Hernández, académica de la división de estudios de posgrados de la facultad de derecho de la UNAM, y de la especialidad de género y derecho, lamentó esta realidad de violencia contra la mujer en la política, que se suma a una lista de agresiones que pueden terminar en asesinato.

“En el Ministerio Público me dijeron que tienen cerca de mil carpetas de investigaciones de ataques, pero que no dan abasto”, mencionó Hernández, en entrevista con France24, al indicar que, de 100 carpetas de investigaciones, una o dos son las que avanzan.

“Esperaría que en este nuevo Gobierno se haga énfasis en el acceso a la Justicia”, enfatiza. 

Esta preocupación la comparten las dos expertas consultadas. Para Contreras la mirada debe estar en qué sucede con las investigaciones, los procesos judiciales y la sentencias en todos estos casos -o, al menos, los que llegan a judicializarse-.

“Lo que hemos dicho es que se debe hacer una evaluación del Ministerio Público, de jueces y magistrados. Allá debemos apuntar en esta segunda etapa”, agrega.

De la primera etapa de la que habla es de las varias leyes en materia de género, que son avances importantes, pero que, en la práctica, no terminan de aterrizar en las víctimas.

Leyes que llevan nombres de mujeres y sus luchas. Como el caso de María Elena Ríos, una joven del estado de Oaxaca que sobrevivió a un intento de feminicidio por un ataque con ácido en 2019.

Otra es la ley Malena, que entró en vigor este año, la cual castiga entre 8 y 12 años de prisión a quienes cometan ataques con ácido u otras sustancias químicas. Cuando las lesiones son permanentes se considera tentativa de feminicidio.

Otra normativa surge de Olimpia Corral Melo, víctima de la difusión de un video íntimo sin su consentimiento. La ley Olimpia reconoce la violencia digital y sanciona los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales.

Ahora, ¿Por qué la violencia se ha exacerbado? La falta de recursos, la poca voluntad política y el machismo estructural impiden que dichas normas se apliquen en su totalidad, de acuerdo con el análisis de las expertas. 

“Y ni siquiera es por falta de sensibilización de los funcionarios judiciales, porque tienen esas capacitaciones, pero al momento de hacer su trabajo siguen estos pactos machistas y patriarcales”, menciona Contreras.

Hernández recordó que la "ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia" hacía únicamente referencia a las “mujeres” y hace un poco más de un año se modificó para incluir los términos de “adolescente y niñas”. “Una normativa que llega también a las infancias, un sector también olvidado”, reprochó.

“Hay una política y acción que aún está sesgada, es machista. A ello se suma la falta de recursos para su aplicación”, dijo Hernández, para quien el cambio está en la organización de las mujeres frente a la inoperancia estatal. 

El subregistro de los trasnfeminicidios es mayor 

Las analistas concuerdan en que las políticas deben apuntar también a los transfeminicidios, término para describir el asesinato de mujeres trans cometido por el desprecio o sentido de posesión hacia ellas, según la Organización de las Naciones Unidas. 

Estos casos tienen incluso menos atención en cuanto al registro y manejo.  “Aunque aún no hay una legislación específica de transfeminicidios, se ha hecho una adaptación en algunos casos”, mencionó Hernández. 

México ocupa también el segundo lugar con más asesinatos de personas trans, pero esta vez en el mundo y no únicamente en la región. De enero a septiembre de 2023, según el Observatorio de personas trans asesinadas, en México hubo 33 transfeminicidios. 

El subregistro es mayor. En el caso de México, se cree que por cada transfeminicidio hay hasta tres más que no se registran, según organizaciones activistas. Tanto los informes mundiales como los regionales sobre la población trans y LGBTIQ+ tienen como base el monitoreo que organizaciones llevan a cabo porque los Gobiernos no han implementado una política que permita su identificación, el tipo del delito ni sus motivaciones, entre otras características. 

¿Y las desapariciones? 

En un contexto de violencia generalizada en el país, con una “guerra contra las drogas” que inició en 2006, las desapariciones también marcan la vida de las mujeres.

El Gobierno admitió en marzo de 2024 que hay 99.729 personas que no han sido localizadas. De este total, casi el 25% son mujeres y niñas. Cifras -vidas suspendidas- que han ido en aumento.

El Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) publicó un informe en 2022 en el que señala que, entre 2015 y 2021, casi que se triplicó el número de niñas y mujeres desaparecidas. 

El 54 % de los casos se concentra en estos lugares del país: Puebla, Veracruz, Estado de México, Ciudad de México, Colima, Jalisco, Nuevo León y Guerrero. En todos ellos están vigentes las 'Alertas por Violencia de Género', un mecanismo con protocolos de emergencia para la prevención y atención de las agresiones a niñas, adolescentes y mujeres. 

Y otra realidad es la de las madres de los desaparecidos, que han liderado la búsqueda de los suyos, cuando las autoridades, a las que denuncian constantemente, no han hecho lo suficiente para encontrarlos.

Las madres buscadoras de México raspan la tierra con sus manos, atraviesan montañas y llegan a zonas inhóspitas para conseguir una pista, una huella indeleble de sus familiares. 

El informe del IMDHD también alerta que detrás de la desaparición de mujeres hay otras violencias: la trata de personas, el reclutamiento y utilización de niñas, y la violencia sexual.

"No olvide sus nombres, por favor, señor presidente (o presidenta)"

“Hay una escucha más activa, pero la incidencia de las colectivas y las asociaciones es fundamental para sostener la lucha feminista, que busca Justicia”, dijo Ana Elena Contreras, sobre su expectativa del nuevo Gobierno que, de acuerdo a las encuestas, será liderado por una mujer, ya sea la oficialista Claudia Sheinbaum o la opositora Xóchitl Gálvez.

Hernández, por su parte, pide una revisión de los reglamentos y otras normativas para que las mujeres sobrevivientes o sus familiares logren Justicia y reparación en sus casos. “Por ejemplo, si una madre es asesinada y deja niños huérfanos, una pensión para subsistir no es suficiente”, indicó. En un sistema judicial donde es casi imposible acceder a una sentencia, el solo hecho de tenerla, dijo Hernández, “constituye una reparación emocional”.

Sin embargo, hay otras reparaciones, aclaró, que deben tener en cuenta, sobre todo para niños y niñas que quedan en la orfandad.

“La reparación, por ejemplo, tiene un límite de cuantificación. Un perito médico me decía por los montos límites y los máximos, porque no se atienden los casos concretos”, explicó. Es decir, una pensión generalizada debería variar de acuerdo a las necesidades de cada niño (discapacidad, tema de cuidados, entre otros).

Sheinbaum tiene una decenas de propuestas con proyectos para mujeres embarazadas, para mayores de 60 años, un gabinete paritario, impulsar el programa SOS Mujeres a nivel federal -que únicamente tiene Ciudad de México- y se refiere a la coordinación de las dependencias para brindar apoyo a mujeres que lo requieran a través de una línea telefónica. Además de la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, centros de educación Inicial y garantizar el acceso a la salud.

Mientras que Gálvez habla de “cero tolerancia a la violencia contra las niñas y las mujeres y cero impunidad para los agresores sexuales”. Para ello, propone una policía especializada de atención inmediata y fiscalías en todas las entidades para las mujeres víctimas de violencia, centros de apoyo y recursos para las sobrevivientes, ampliar las casas de transición y refugio; una tarjeta mexicana para que mujeres vulnerables recibirán 5.000 pesos mensuales, así como incentivos educativos para niñas y adolescentes y una reforma integral al sistema de Justicia penal.

Tanto Hernández como Contreras lamentaron que, en política, hablar sobre violencia de género también es sinónimo de votos, más allá de una verdadera intención de mitigar sus consecuencias. 

En todo caso, de esa realidad, que viven millones de mexicanas, surge el himno colectivo de mujeres que se niegan a ser silenciadas, que dice:

A cada minuto de cada semana, nos roban amigas, nos matan hermanas, destrozan sus cuerpos, las desaparecen, no olviden sus nombres, por favor, señor presidente...

Vivir Quintana, la compositora mexicana de una de las canciones que ha cobijado la lucha feminista en la región, explicó a la revista Caras, que “trataba de retratar una realidad y herida muy profunda en México, el feminicidio”.

Ahora con otra canción, 'Compañera presidenta', Quintana llama a la futura presidenta de México a que “voltee a ver a las mujeres y sus luchas". En entrevista con EFE, la artista pide que atienda a las madres buscadoras, las que luchan, las que se toman las calles para exigir Justicia, las abuelas, las niñas, las adolescentes. Todas.

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