Una locura lo que pasó en el partido entre Argentina y Marruecos en los Juegos de París. Corrían los minutos finales del partido, Marruecos ganaba por marcador de 2-1, pero durante todo el partido se realizaron invasiones esporadicas a la cancha, lo que provocó que el árbitro añadiera 15 minutos.
Esto provocó que los aficionados comenzaran a ponerse más inquietos, y lo que detonó todo fue que Argentina consiguó el empate con un gol en fuera de lugar muy apretado en el último minuto y se provocó una invasión de campo. Obviamente las condiciones ya no daban para continuar con el partido debido a actos violentos y el árbitro decidió mandar a los jugadores a los vestidores, la clave es que nunca dio por terminado el partido.
Nunca hubo pitazo final, por lo que el partido se encontraba suspendido. Mientras la seguridad se encargaba de desalojar a los aficionados del estadio, los jugadores se encontraban en los vestidores, negándose a salir por las peligrosas condiciones en el terreno de juego. La cancha se despejó y es estadio se desalojó, estamos hablando de casi dos horas después de haber comenzado la invasión.
Por reglamento el árbitro debía terminar el partido por protocolo, ya que se encontraba suspendido. Pues casi dos horas después por fin se dieron las condiciones y el árbitro ordenó que los jugadores volvieran al campo porque no había finalizado el cotejo y ahí el VAR dictaminó que el gol del empate no contaba por un fuera de lugar. Se anula el gol, se juegan los últimos tres minutos y se consuma la derrota de los argentinos.
Sin duda esto será un punto de inflexión en torno a la seguridad, al arbitraje, y a los protocolos que se deben seguir en situaciónes como las que pasaron en el partido. Vaya inicio de actividades para la justa veraniega.