La primera ráfaga de viento que golpeó la casa de Melicia Canulteh tiró los árboles de maracuyá y guácima del vivero de su familia, y los troncos derribaron un muro de bloques de concreto que pudo matar a su familia si no se hubieran despertado por el ruido del ventarrón.
“El huracán nos trató horrible. Nos fuimos a dormir pensando que no era tan fuerte cuando, ‘pum’, se cayeron los árboles, el muro y fue algo que no esperábamos, nos impactó demasiado y lo perdimos todo”, contó la niña de 18 años a EL UNIVERSAL.
Meli es la mayor de seis hermanos. Mileydi, Juan, Pablo, Yasuri y Abraham están a su cuidado mientras Juan Pablo y Carmen, sus padres, trabajan en su verdulería y un vivero.
“Ahora nos quedamos sin nada. No tenemos recursos. No vamos a poder estar una semana sin dinero mientras nos recuperamos”, explican Juan Pablo y Carmen sobre la pérdida de su fuente de ingresos.
Con la seguridad de que el huracán se degradaría y no habría mayores consecuencias que una inundación, la familia Canulteh se fue a dormir. Sin embargo, cuando los vientos de 160 a 175 kilómetros por hora y las lluvias torrenciales sacudieron su casa de bloques y lámina en la colonia Tierra de Castas, del centro de Tulum, lo perdieron todo.
“Vivimos de las plantas”, dice Juan Pablo mientras cortaba y separaba ramas de los árboles para recuperar lo que quedó de su jardín.
Al mediodía de ayer, el gobierno de Quintana Roo informó que Beryl dejó saldo blanco en la ciudad que lo recibió, pero, así como la familia de Melicia, decenas de personas en zonas vulnerables perdieron sus techos, paredes, puertas y ventanas que difícilmente pueden costear con sus sueldos. “El ojo del huracán pasó por mi casa y nos iba a comer”, gritó Abraham. El niño de cuatro años ayudó a su mamá a envolver la jaula de sus pollos y gallinas con una malla anticiclónica, a meter a sus gatitos en cajitas y a amarrar a sus perros dentro de su verdulería para evitar que su vida corriera peligro.
La electricidad iba y venía de forma intermitente, lo que espantó a Abraham, Mileydi y Yasuri, quienes no dejaban de llorar. La falta de internet y telefonía no les importó, pues usan poco los celulares.
Las fuertes lluvias lastimaron las plantas y verduras que los Canulteh venden. A las seis de la mañana cuando sus vecinos escucharon la caída del muro, aún con los fuertes vientos, salieron a verificar que la familia estuviera con vida y esperaron ahí a que pasara el huracán.
Tras dos horas de intensas lluvias, los vecinos de la colonia que también es conocida como La Invasión 2 tuvieron que destapar las coladeras con sus propias manos, rastrillar las hojas, recoger la basura y reconstruir los techos, muros, puertas y ventanas de sus casas, pues la mayoría resultaron con daños menores. “Vamos a tardar como una o dos semanas en recuperar nuestra fuente de empleo. Perdimos como 50%, pero las plantas están lastimadas y no nos van a comprar, pero poco a poco nos vamos a recuperar, aunque sí es demasiado”, detalla Meli.
“Somos pocos, no hay dinero, entonces con esto perdimos mucho, pero lo vamos a recuperar poco a poco”, menciona confiado Juan Pablo. No es el primer huracán que la familia pasa. Antes vivieron otras tormentas fuertes que también derribaron secciones de su hogar, pero el padre de los Canulteh dijo que ni aunque venga un huracán categoría 5 dejará su vivienda. “Tiene pijas, no clavos, por eso va a resistir, es anticiclónica”, afirma.
Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil, informó que el paso del huracán Beryl con categoría 2 sobre Quintana Roo tuvo saldo blanco.
La titular de Protección Civil detalló que tras los recorridos hechos tras el paso del huracán se reportaron daños menores, como árboles caídos, afectaciones al servicio de electricidad, que trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya laboraban para su restablecimiento. Indicó que las 2 mil personas que habían acudido a 58 refugios que se habían habilitado se retiraban y que se estaba restableciendo la normalidad.
Destacó que en la entidad hay desplegados 26 mil 412 elementos de respuesta entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Marina, Guardia Nacional, Comunicaciones y Transportes, Conagua, CFE y de Salud (Ssa).
Por su parte, la gobernadora de Quintana Roo, María Elena Lezama, destacó que durante el paso del huracán por la entidad no hubo ningún acto de rapiña. “Hoy puedo decir: saldo blanco, no hubo ningún acto de rapiña; aquí está el fiscal, no se inició ninguna carpeta de investigación por parte de la fiscalía del estado”, señaló