Las Fuerzas Armadas han presentado sus fusiles ante la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a quien han jurado lealtad, y han comprometido su subordinación al poder electo democráticamente. Se trata de una tradición —llamada Salutación— encabezada por los titulares del Ejecutivo una vez que toman posesión del cargo, y que sirve para renovar la confianza civil en los cuerpos castrenses. Sheinbaum lo ha hecho dos días después de su investidura como presidenta y comandanta suprema de las Fuerzas Armadas, en el Campo Marte, ante los mandos y las tropas del Ejército, la Marina Armada, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, esta última convertida en institución castrense con una reciente reforma constitucional. Sheinbaum ha destacado el origen popular del Ejército y su confianza en su “tradición civilista”. “Tengan la certeza de que por nuestro origen humanista, por el profundo respeto que tengo a las Fuerzas Armadas, nunca emitiré orden alguna que vulnere el orden constitucional o los derechos humanos del pueblo de México”, ha afirmado la mandataria.
Por el campo planeaba una sombra que opacaba la disciplina y la milimétrica formación de las tropas, el compás de las trompetas y tambores, la intachable coordinación al marchar y la perfección de los uniformes: el reciente asesinato a tiros de seis migrantes —de Egipto, Perú y El Salvador— a manos de soldados del Ejército, en Chiapas. El hecho sucedió la noche del martes, el mismo día en que Sheinbaum fue investida como presidenta constitucional de México. Por la mañana de este jueves, en su conferencia Mañanera, la presidenta ha deplorado el hecho y ha afirmado: “No puede repetirse una situación así”. En el Campo Marte, horas después, Sheinbaum ha sacado pecho por los integrantes de las Fuerzas Armadas, a las que ha definido como “humanistas”. “Las instituciones de la Defensa y la Marina tienen un origen popular y este se ha mantenido hasta la fecha, y eso no solo es un orgullo sino una fortuna para México”, ha afirmado.
Sheinbaum ha defendido la reforma que traspasó la Guardia Nacional al control del Ejército, una enmienda impulsada todavía por su antecesor en el cargo, Andrés Manuel López Obrador, y muy criticada por organizaciones de defensa de los derechos humanos. “Para los que critican que esto es militarización, es totalmente falso. En nuestro país no hay Estado de excepción, no hay violaciones a los derechos humanos”, ha asegurado, aun con la tragedia de Chiapas de telón de fondo. “Lo que hay es más democracia, más libertades y Estado de derecho. Además, la comandanta suprema de las Fuerzas Armadas es electa por voto popular, es una civil. Orgullosamente, las Fuerzas Armadas tienen una tradición civilista. Esto significa que honrosa y lealmente siempre han obedecido al mando civil, como lo establece la Constitución”, ha explicado.
La mandataria y jefa suprema ha adelantado que el Gobierno se seguirá apoyando en el Ejército y la Marina para la construcción de obras estratégicas de infraestructura, entre ellas, el proyecto para que haya rutas de trenes de pasajeros y para aumentar la cantidad de puertos. “Son y van a seguir siendo los tiempos de hazañas pacíficas del pueblo de México y sus Fuerzas Armadas”, ha señalado. López Obrador fue el presidente que abrió al Ejército y la Marina la baraja de posiciones en la gestión pública más allá de la seguridad, y los involucró en la construcción de obras y la administración de empresas estatales. Sheinbaum ha anunciado además que ha enviado al Congreso una reforma para aumentar el salario de los soldados, marinos y guardias nacionales. “Haremos juntos cosas extraordinarias porque estamos viviendo tiempos virtuosos, con Fuerzas Armadas humanistas, visionarias y ejemplares”, ha afirmado. “¡Que vivan las Fuerzas Armadas!”, ha animado.
Como es la primera vez que México elige a una mujer presidenta, es también la primera ocasión que las instituciones castrenses tienen una comandanta suprema. La ceremonia de Salutación no ha sido ajena a los símbolos feministas que Sheinbaum ha impreso a su gestión desde el primer momento. Después de recorrer en un vehículo militar el Campo Marte, entre las formaciones de las tropas, la presidenta se puso de pie flanqueada por los titulares de la Defensa (Sedena), Ricardo Trevilla, y Marina (Semar), Raymundo Morales. Uno a uno, los altos mandos del Ejército, la Marina Armada, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional se pusieron ante ella, hicieron el saludo marcial reconociendo su jerarquía y se fueron marchando. Eran todos hombres.
Hubo, sin embargo, una “sección” para mostrar “la representación de la mujer en las Fuerzas Armadas”. De igual manera, una a una, varias mujeres marcharon hasta la presidenta e hicieron el saludo marcial. Eran una general brigadier, una teniente coronel, una capitana primera, una soldada auxiliar oficinista, una agente, una contralmirante, una capitana de navío, una teniente de corbeta, una tercer maestre y una marinera. Los cargos de las mujeres eran ostensiblemente de menor jerarquía que los de los hombres.
El secretario de la Defensa, Trevilla, ha afirmado que, aunque más mujeres se han integrado a la milicia, aún están lejos de los puestos de mando. “Nos toca dar un paso más al frente, generándoles las condiciones propicias para que puedan ejercer el mando de tropas en todos los niveles y conduzcan por igual a hombres y mujeres en todas las actividades del quehacer militar”, ha ofrecido, y ha asegurado que ello será una prioridad de su gestión al frente del Ejército, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea. El titular de la Semar, Morales, ha indicado que también dará “un mayor impulso a la perspectiva de género para la igualdad sustantiva” y consolidará “hoy más que nunca la participación cada vez más destacada de la mujer” en sus filas.
Los titulares de la Sedena y la Semar han destacado el hecho histórico de tener por primera vez a una mujer como su jefa suprema. “La Marina rinde honores a nuestra comandanta, le presenta sus respetos y subordinación, y con ello respalda y reitera su absoluto apoyo a la decisión de nuestro pueblo”, ha afirmado Morales. “Los mexicanos han decidido tomar las riendas de nuestra nación, y en una auténtica democracia solo a ellos les toca hacer valer los encargos de nuestra patria […] El pueblo no se equivoca y ha expresado su voluntad”, ha agregado. Por su parte, Trevilla ha recordado que el actual Ejército surgió del movimiento insurgente contra el golpe de Estado que derrocó a Francisco I. Madero y marcó el nacimiento de la Revolución. “En este nuevo episodio de gran trascendencia para los mexicanos, los militares estamos motivados para atender con humanismo, disciplina y valor los retos que tengamos que afrontar, motivación que se desprende del gran honor que sentimos al ser guiados por primera vez por una comandanta suprema”, ha asegurado.
© Nayeli Cruz (EL PAÍS)