La guerra comercial entre China y Estados Unidos se intensifica con nuevas represalias. El gobierno chino ha ordenado a sus aerolíneas detener las compras de aviones y piezas de repuesto de Boeing, tras el anuncio de Washington de imponer un arancel del 145% a productos chinos. A su vez, Beijing ha elevado sus tarifas a un 125% en importaciones estadounidenses, afectando directamente la industria aeronáutica.
La decisión china dispara los costos operativos de las aerolíneas locales, que ahora enfrentan dificultades para asumir el aumento de precios en aviones y repuestos. Ante este escenario, el gobierno de Xi Jinping evalúa medidas de apoyo para las compañías que alquilan aviones Boeing y sufren incrementos en sus costos. Mientras tanto, Boeing mantiene silencio sobre el impacto de esta medida en su cartera de pedidos.
Los efectos de esta disputa ya se reflejan en la economía estadounidense, con una caída del 1.81% en las acciones de Boeing en Wall Street. La estrategia de aranceles impuesta por el presidente Donald Trump busca presionar a sus socios comerciales, aunque China insiste en que el proteccionismo no traerá beneficios y seguirá implementando represalias.
Esta escalada de tensiones refuerza la incertidumbre sobre el comercio global y el futuro de la industria aeronáutica. Con ambas potencias endureciendo sus posiciones, los expertos advierten que la disputa podría tener repercusiones en los costos de transporte aéreo y afectar a consumidores en ambos países.