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Casi un millón de venezolanos viven actualmente en Colombia, según cifras oficiales
Colombia (AP) — El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) se unió el viernes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la amenaza de una intervención militar en Venezuela para restaurar la democracia y aliviar la crisis humanitaria que vive el país.
Luis Almagro realizó la advertencia durante una visita a la frontera de Colombiacon Venezuela, donde denunció la “dictadura” socialista del presidente Nicolás Maduro por causar una crisis de migrantes en la región.
“En cuanto a la intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, no debemos descartar ninguna opción”, declaró Almagro en una conferencia de prensa en la ciudad colombiana de Cúcuta. “Este régimen lo que está perpetrando son crímenes de lesa humanidad, violación de derechos humanos, y el sufrimiento de la gente en el éxodo inducido que está impulsando hace que la acciones diplomáticas estén en primer lugar, pero no debemos descartar ninguna acción”.
La de Almagro ha sido una de las voces más críticas con Maduro en Latinoamérica, pero hasta el viernes no se había mostrado dispuesto a llegar tan lejos como Trump, que el año pasado planteó la posibilidad de una “opción militar” contra el mandatario venezolano. En varias reuniones con asesores y con líderes latinoamericanos, Trump discutió también la posibilidad de una invasión estadounidense al país.
Sin embargo, para muchos en Latinoamérica, la perspectiva de una intervención militar reviviría los recuerdos de la Guerra Fría, cuando Washington respaldó golpes de estado y rebeliones en países como Chile, Cuba y Brasil.
En el caso de Almagro, la amenaza del uso de la fuerza es especialmente sorprendente luego de condenar el respaldo que ofreció la región a la invasión estadounidense de República Dominicana en 1965 para sacar del poder a un presidente elegido democráticamente pero procubano. La intervención, que se realizó en nombre de la OEA, dejó miles de muertos y durante décadas avivó el resentimiento de América Latina hacia la idea de volver a usar la fuerza contra una nación soberana.
El secretario general del organismo se disculpó en 2015 por el papel de la OEA en la invasión, señalando que estos actos no deberían repetirse.
Aunque las circunstancias en Venezuela son muy diferentes, y muchos ven la posibilidad de una invasión como algo remoto, Maduro uso esta amenaza para tratar de recabar el respaldo de la población en un momento de dificultades cada vez mayores.}
En su visita del viernes, Almagro dijo que los países del hemisferio occidental deberían trabajar juntos para proporcionar alivio a la gran cantidad de venezolanos que cada día huyen de la hiperinflación y escasez de alimentos en su patria.
Pero, la solución definitiva a la crisis es restaurar la democracia en Venezuela, añadió.
“La comunidad internacional definitivamente tiene que dar respuesta. No permitir una dictadura en Venezuela, una dictadura que afecta la seguridad de toda la región, a partir del narcotráfico, el crimen organizado y la profunda crisis humanitaria que ha creado”, apuntó.
Durante su visita a la frontera, Almagro se reunió con trabajadores de ayuda humanitaria y funcionarios gubernamentales en la ciudad colombiana de Cúcuta, donde las escuelas y hospitales pasan apuros para proporcionar atención a la gran cantidad de migrantes venezolanos que llegan.
El diplomático uruguayo fue detenido en la calle y saludado por docenas de migrantes venezolanos que lo exhortaron a trabajar para la “liberación” de Venezuela de la tiranía.
Almagro señaló que mientras que países como su Uruguay natal sufrieron sangrientas dictaduras en el pasado, el gobierno de Maduro se destaca por usar la escasez de alimentos y medicinas como “instrumentos de represión” para imponer su voluntad política.
“Esto es inadmisible. Nunca hemos visto un gobierno tan inmoral en el mundo que no admite ayuda humanitaria cuando está en medio de una crisis humanitaria”, manifestó.
De acuerdo con Naciones Unidas, más de 2,3 millones de venezolanos han salido de su país en los últimos años.
Cada vez más venezolanos salen sin dinero y viajan a pie a través de países sudamericanos como Colombia, Ecuador y Perú, en recorridos peligrosos que pueden extenderse varias semanas. En el norte de Brasil, los habitantes atacaron a los migrantes venezolanos después de que un hombre de Venezuela le robó a un comerciante.
Almagro dijo que la OEA creó un grupo de trabajo que examinará formas para ayudar a los migrantes, así como a las naciones que los acogen.
Recientemente, los países miembros del organismo votaron una resolución que acusa a Maduro de violar el orden constitucional de su país con su reelección en mayo en unos comicios boicoteados por sus opositores.
Por su parte, la cancillería colombiana dijo el viernes que está investigando reportes preliminares de que 20 soldados de la Guardia Nacional de Venezuela ingresaron ilegalmente a una aldea colombiana a orillas de un río y capturaron a tres civiles.
Las relaciones entre ambos países han sido tensas durante años, pero hasta ahora no han afectado la política de Bogotá hacia los migrantes venezolanos.
Casi un millón de venezolanos viven actualmente en Colombia, según cifras oficiales. AP.
Casi un millón de venezolanos viven actualmente en Colombia, según cifras oficiales
Colombia (AP) — El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) se unió el viernes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la amenaza de una intervención militar en Venezuela para restaurar la democracia y aliviar la crisis humanitaria que vive el país.
Luis Almagro realizó la advertencia durante una visita a la frontera de Colombiacon Venezuela, donde denunció la “dictadura” socialista del presidente Nicolás Maduro por causar una crisis de migrantes en la región.
“En cuanto a la intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, no debemos descartar ninguna opción”, declaró Almagro en una conferencia de prensa en la ciudad colombiana de Cúcuta. “Este régimen lo que está perpetrando son crímenes de lesa humanidad, violación de derechos humanos, y el sufrimiento de la gente en el éxodo inducido que está impulsando hace que la acciones diplomáticas estén en primer lugar, pero no debemos descartar ninguna acción”.
La de Almagro ha sido una de las voces más críticas con Maduro en Latinoamérica, pero hasta el viernes no se había mostrado dispuesto a llegar tan lejos como Trump, que el año pasado planteó la posibilidad de una “opción militar” contra el mandatario venezolano. En varias reuniones con asesores y con líderes latinoamericanos, Trump discutió también la posibilidad de una invasión estadounidense al país.
Sin embargo, para muchos en Latinoamérica, la perspectiva de una intervención militar reviviría los recuerdos de la Guerra Fría, cuando Washington respaldó golpes de estado y rebeliones en países como Chile, Cuba y Brasil.
En el caso de Almagro, la amenaza del uso de la fuerza es especialmente sorprendente luego de condenar el respaldo que ofreció la región a la invasión estadounidense de República Dominicana en 1965 para sacar del poder a un presidente elegido democráticamente pero procubano. La intervención, que se realizó en nombre de la OEA, dejó miles de muertos y durante décadas avivó el resentimiento de América Latina hacia la idea de volver a usar la fuerza contra una nación soberana.
El secretario general del organismo se disculpó en 2015 por el papel de la OEA en la invasión, señalando que estos actos no deberían repetirse.
Aunque las circunstancias en Venezuela son muy diferentes, y muchos ven la posibilidad de una invasión como algo remoto, Maduro uso esta amenaza para tratar de recabar el respaldo de la población en un momento de dificultades cada vez mayores.}
En su visita del viernes, Almagro dijo que los países del hemisferio occidental deberían trabajar juntos para proporcionar alivio a la gran cantidad de venezolanos que cada día huyen de la hiperinflación y escasez de alimentos en su patria.
Pero, la solución definitiva a la crisis es restaurar la democracia en Venezuela, añadió.
“La comunidad internacional definitivamente tiene que dar respuesta. No permitir una dictadura en Venezuela, una dictadura que afecta la seguridad de toda la región, a partir del narcotráfico, el crimen organizado y la profunda crisis humanitaria que ha creado”, apuntó.
Durante su visita a la frontera, Almagro se reunió con trabajadores de ayuda humanitaria y funcionarios gubernamentales en la ciudad colombiana de Cúcuta, donde las escuelas y hospitales pasan apuros para proporcionar atención a la gran cantidad de migrantes venezolanos que llegan.
El diplomático uruguayo fue detenido en la calle y saludado por docenas de migrantes venezolanos que lo exhortaron a trabajar para la “liberación” de Venezuela de la tiranía.
Almagro señaló que mientras que países como su Uruguay natal sufrieron sangrientas dictaduras en el pasado, el gobierno de Maduro se destaca por usar la escasez de alimentos y medicinas como “instrumentos de represión” para imponer su voluntad política.
“Esto es inadmisible. Nunca hemos visto un gobierno tan inmoral en el mundo que no admite ayuda humanitaria cuando está en medio de una crisis humanitaria”, manifestó.
De acuerdo con Naciones Unidas, más de 2,3 millones de venezolanos han salido de su país en los últimos años.
Cada vez más venezolanos salen sin dinero y viajan a pie a través de países sudamericanos como Colombia, Ecuador y Perú, en recorridos peligrosos que pueden extenderse varias semanas. En el norte de Brasil, los habitantes atacaron a los migrantes venezolanos después de que un hombre de Venezuela le robó a un comerciante.
Almagro dijo que la OEA creó un grupo de trabajo que examinará formas para ayudar a los migrantes, así como a las naciones que los acogen.
Recientemente, los países miembros del organismo votaron una resolución que acusa a Maduro de violar el orden constitucional de su país con su reelección en mayo en unos comicios boicoteados por sus opositores.
Por su parte, la cancillería colombiana dijo el viernes que está investigando reportes preliminares de que 20 soldados de la Guardia Nacional de Venezuela ingresaron ilegalmente a una aldea colombiana a orillas de un río y capturaron a tres civiles.
Las relaciones entre ambos países han sido tensas durante años, pero hasta ahora no han afectado la política de Bogotá hacia los migrantes venezolanos.
Casi un millón de venezolanos viven actualmente en Colombia, según cifras oficiales. AP.