Suena el teléfono: "La Jornada Maya, buenas tardes". “¡Es usted una alcahueta!, no la escondan, díganle que ya pague, si no estas llamadas van a seguir!”, el cobrador continuó gritando mientras se pedía se identificara y dejara de gritar, después de varios intentos dijo su nombre: Martín Gutiérrez. Colgamos, en cinco minutos, decir que marcó diez veces, es lo menos.
Un diseñador levantó la bocina y escuchó “ha de ser usted el de la limpieza, un ignorante, dígale a esa que ya pague”. Al contestar, a uno de nuestros directivos escuchó: “díganle a esa rata que no se esconda, que pague lo que se llevó, ¿cuánto tiempo más la van a cubetear? díganle que pague o que regrese las cosas, ¡alcahuete!”.
El cobrador siguió marcando del mismo número telefónico, dijo el nombre completo de la persona morosa así como el monto de la deuda, revelando datos protegidos por la Ley Federal de Protección de Datos Personales (LFPDDP), que en su Artículo 3, inciso V establece como “Datos personales: Cualquier información concerniente a una persona física identificada o identificable”, mientras que el Artículo 8 establece que “Todo tratamiento de datos personales estará sujeto al consentimiento de su titular, salvo excepciones previstas” por la ley.
Ante esto nos comunicamos al número del que provenían las llamadas para denunciar la actitud del cobrador, era la Central de crédito Sears en Mérida donde se nos indicó que se hablaría con el cobrador para que modificara su conducta; después de muchos intentos, se denunció vía telefónica al corporativo de la tienda.
Al estar al teléfono con el corporativo recibimos una llamada más del cobrador, misma que escuchó el operador que atendió la denuncia. Pesar a lo anterior, las llamadas siguen.
Cobradores amenazantes, fuera de norma
Las personas encargadas de hacer llamadas telefónicas tienen funciones específicas, como negociar el pago de la deuda, hacer ofertas y descuentos (previa autorización), pueden hacer visitas domiciliarias y llamadas telefónicas.
Lo que no tienen permitido es dar información de adeudos a personas externas por ningún medio, no deben amenazar, insultar, calumniar, difamar o extorsionar “ni a ustedes, así como tampoco a sus referencias, familiares, amigos y conocidos.”, de acuerdo al sitio de internet www.defensadeldeudor.org.
Todo lo anterior es tipificado como delito, procede penalmente y puede generar desde multas hasta arrestos. Los cobradores no pueden usurpar funciones de jueces o policías, tampoco entrar a domicilios, lugares de trabajo o estudio, ni cobrar a los avales.
La cobranza de Sears según usuarios en Internet
Al realizar una búsqueda en Internet, respecto a políticas de cobranza en tiendas departamentales, encontramos distintos foros en los que particulares solicitan asesoría jurídica en el tema.
Lo primero que se recomienda es entender la diferencia entre una tarjeta departamental y una bancaria, esto define la institución que las regula, en el caso de Sears, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es el encargado de proteger los datos, pues no se trata de una entidad bancaria.
Es en esa institución que se puede levantar una queja ante una actuación como la antes descrita, en caso de incurrir en alguna falta a la LFPDDP, establece en su Capítulo XI, que las sanciones que deben aplicarse, van de tres meses a cinco años de prisión, pudiéndose duplicar en caso de revelar “datos sensibles”.
El grueso de las denuncias de Sears en internet se deben al abuso, maltrato y agresividad de los cobradores vía telefónica, la mayoría de las respuestas de los asesores legales o moderadores de foro, van en el sentido de negociar las deudas y denunciar las actitudes incorrectas de los cobradores ante las instancias correspondientes.
Políticas de privacidad de Sears
De acuerdo con los datos proporcionados por la tienda departamental Sears en su sitio de internet, http://www.sears.com.mx/politica/?t=aviso-de-privacidad-clientes, menciona que el tratamiento de datos personales lo realiza “Sears Operadora México S.A. de C.V., (Sears) con domicilio en Lago Zúrich No. 245, Edificio Presa Falcón piso 7, Colonia Granada Ampliación, Delegación Miguel Hidalgo, México Ciudad de México, C.P. 11529.”
En el mismo sitio, destaca que “Sears podrá transferir, sin requerir de su consentimiento, los datos personales necesarios a autoridades competentes en los casos legalmente previstos, así como a empresas subsidiarias y filiales, las cuales operan bajo políticas de privacidad que cumplen con disposiciones aplicables correspondientes para dar cumplimiento a las finalidades señaladas en el presente aviso.”
En otro apartado del sitio web, la tienda da a conocer el directorio de las agencias externas negociadoras de cobranza, que tiene como año de actualización el 2015, donde el despacho “Kuri Saenz Soluciones Empresariales S.C.P” es el encargado de la cobranza en la capital yucateca, con domicilio en la colonia García Ginerés.
Al tratar de contactar, tanto a la tienda como al despacho para solicitar una entrevista, no se logró el contacto en los número telefónicos mostrados en Internet, ni por otra vía, la cuenta de correo arco@sears.com.mx contestó: “por lo que toda vez que su petición no alude a ninguna de estas acciones y con la finalidad de seguir brindándole atención requerida, turnamos su caso al área conducente de crédito, que es la encargada de atender este tipo de solicitudes.”
La cuenta de Twitter @searsmexico indicó enviar un MD (mensaje directo), al que respondieron “Nosotros no contamos con esa información ¡Saludos!”
Maltrato telefónico de Sears en Mérida
Las llamadas no cesarán mientras el deudor no pague, la tienda fue enfática con el periódico. En este caso, no ha habido una negativa de pago en ningún momento, lo que sí hay son acosos, amenazas e insultos, así como incurrimiento de presunto delito al revelar datos personales a individuos ajenos a la deuda, en este caso, trabajadores de La Jornada Maya.
Estas faltas son comunes, de acuerdo a los sitios consultados en Internet, poca gente denuncia este tipo de acciones, que en su mayoría generan miedo e intimidación.
Fuente La Jornada Maya