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Una nueva ley polaca que ordena el cierre de la mayoría de los comercios los domingos se aplicó esta semana por primera vez, en una jornada en la que los grandes supermercados y casi todas las otras tiendas tenían prohibido abrir.
La ley, que pretende que los empleados puedan descansar y pasar tiempo con sus familias, fue propuesta por un importante sindicato y aprobada por el partido gobernante, conservador y católico.
Partidos de oposición cercanos al sector empresarial han condenado la medida como un golpe a la libertad comercial y advierten de que decenas de miles de trabajadores podrían perder sus empleos.
La nueva ley prohíbe el comercio dos domingos al mes, que pasarían a tres en 2019 y finalmente todos los domingos en 2020, salvo por siete excepciones antes de los feriados de Semana Santa y Navidad.
La nueva ley ha causado revuelo en un país donde muchos denuncias que los trabajadores son explotados bajo el sistema capitalista, y desean que se ordene un día de descanso obligatorio. Pero otros afirman que el consumo todos los días es parte de los beneficios de la economía de libre mercado vigente desde la caída del comunismo.
En Hungría, otro país que era antes comunista, también se intentó aplicar una prohibición al comercio los domingos pero resultó tan impopular que las autoridades tuvieron que revocarla. En otras partes de Europa, como en Alemania y Austria, la población está acostumbrada a que el domingo es un día de descanso y aprecia el día para pasarlo con familiares y amigos.
La ley fue propuesta por el sindicato Solidaridad que pedía dar los domingos libros a todos los empleados. Encontró apoyo en el partido de gobierno Ley y Justicia, cuyos legisladores aprobaron la medida. La iglesia católica, sumamente influyente en Polonia, se mostró a favor.
“Los domingos son para pasarlos con la familia”, dijo Barbara Olszewska, una polaca de 76 años de edad que apoya la nueva ley.
Recordó la época de su infancia, en que su madre cuidaba del hogar y su padre nunca trabajaba los domingos. Dijo que antes de retirarse trabajaba en una bodega preparando comida, y que siempre estaba agradecida de no tener que trabajar los domingos.
Partidos proempresariales consideran la reforma como una violación a la libertad comercial y advierten que llevará a la pérdida de empleos y perjudicará a los estudiantes, quienes usualmente sólo tienen tiempo los domingos para trabajar.
Incluso la Alianza Sindical se opone, pues denuncia que sólo llevará a la gente a trabajar extra los viernes y sábados, y que el trabajo esos días será más arduo debido a la concentración de clientes. AP