En los costados de varias carreteras que unen a Mérida con municipios vecinos se da una “preocupante tendencia” de conurbación lineal”, siendo el mejor ejemplo la vía a Progreso, señaló el sociólogo Jorge Bolio Osés.
—Todos esos procesos de urbanización son costosos e inoperantes debido a que hacen difícil y caro llevarles servicios. Además, generan un crecimiento urbano semejante al de un plato roto, son segmentos separados —indicó al hablar de la importancia de crear una reserva de suelo en vez de edificar Ciudad Ucú, como publicamos en la portada de esta sección.
Otro problema, dijo, son las miles de casas desocupadas que hay en varios fraccionamientos.
Consideró que las autoridades y los constructores privados deben impulsar planes para hacer de Mérida una ciudad compacta en vez de insistir en expandirla. Una de las acciones podría ser comprar las casas deshabitadas, arreglarlas y ofrecerlas en venta. Así se evitaría construir vivienda y extender más a la capital.
Además, los predios que se ofrecerían en venta tendrían la ventaja de que están en vecindarios ya establecidos, con servicios, seguridad y vida comunitaria. Otras acciones recomendables son: insistir en revitalizar los espacios públicos y dar primacía al transporte público de pasajeros, siendo éste uno de los temas críticos de la ciudad.
—Ojalá que los concesionarios del ramo se den cuenta de que la rentabilidad de sus empresas está amenazada si no se reforma el sistema de transporte. Hay que cambiar el esquema de rutas, ajustarlo a las necesidades actuales. Mérida ya no es la de hace décadas, cuando dos agrupaciones, la Unión y la Alianza de Camioneros, se dividían ese servicio.
Las 3,000 hectáreas de Ciudad Ucú deberían destinarse a crear una reserva de suelo urbano en vez de desarrollar ese plan inmobiliario que expandiría todavía más a esta capital, opinó el sociólogo y maestro en Arquitectura, Jorge Bolio Osés.
Esa provisión territorial, añadió el especialista, se usaría dentro de 10 años, cuando se justifique demográficamente.
Bolio Osés, integrante de la Fundación Plan Estratégico de Mérida, expresó que hay diferentes fenómenos urbanos que hacen injustificables nuevos planes para seguir extendiendo a esta ciudad . Una gran franja de suelo en las partes norte y poniente de Mérida, señaló, está en “tránsito irreversible” hacia el uso urbano, es una superficie que ya está en manos de particulares que sólo esperan que suba de valor para venderla.
Calculó que ya está privatizada casi una quinta parte de la extensión de tierras ejidales que forman una banda que va de Caucel hasta Chichí Suárez. Esa superficie ya no será usada para otra cosa que no sea el uso urbano.