Vigilancia en el Instituto Nacional de Migración, donde todavía se encuentra retenido Sammer Safa
“No soy un terrorista”. Con esta expresión se defendió Safa Yasser, uno de los detenidos en la operación policíaca en la que se aprehendió al libanés naturalizado estadounidense Mohamed Rafic Labboun Allaboun.
Safa fue retenido por las autoridades junto con su esposa Janine Gabb, su hijo Justin Yasser Safa, su hermano Sammer Safa y Justin George Abdalah Elders. Sammer permanece bajo custodia en la oficina local del Instituto Nacional de Migración, en la avenida Colón.
En una entrevista que Safa Yasser concedió al canal beliceño de televisión News5, el libanés residente en Belama, Belice, negó que sea terrorista, dijo que no forma parte de alguna célula del Hezbolá, aunque aceptó que conoció a Mohamed Rafic cuando le solicitaron que le brindara ayuda como libanés, pero que desconocía su pasado como activista. Además, precisó que él, y no Rafic, es el propietario del restaurante Habibis, en el fraccionamiento Terranova Chuburná.
A la pregunta del periodista José Sánchez si es terrorista, Safa indicó que no por el hecho de ser libanés se le puede relacionar con el movimiento Hezbolá.
“Hace más de 20 años que vivo en Belice, mi esposa es de Belice. Mi hijo -Justin Yasser Safa- tiene 13 años y dicen que es un terrorista”, contestó Safa.
Sobre su relación con Labboun Allaboun, de quien se dice es integrante del Hezbolá y le ayudó a conseguir su pasaporte beliceño con un nombre falso, Safa afirmó que no hizo ese trámite.
“No, yo no obtuve ningún pasaporte para nadie. Además, no conozco el pasado de esa persona, de ese hombre”, añadió el beliceño.
De acuerdo con Safa, “alguien de Belice me llamó para recomendarme si podía darle ayuda a un paisano por cuatro o cinco días”.
“Lo ayudé al igual que lo haría con cualquier beliceño, como cuando vienen a Mérida a un hospital. No sé lo que él (Rafic) hacía antes y cuál es su problema. La policía nos arrestó cuando caminábamos por la calle, nos dijeron que era terrorista. Después, también detuvieron a mi hermano”.
Safa confirmó que su hermano Sammer continúa bajo arresto en Mérida.
Como informamos, Sammer permanece bajo custodia en la estación migratoria de la avenida Colón hasta que el juez federal de Yucatán resuelva definitivamente su solicitud de protección de la justicia federal.
Safa Yasser también dio detalles de la detención de su esposa y sus hijos.
“Dicen que ella es terrorista, sólo porque soy libanés. Así que se la llevaron, la encerraron más de 15 horas, a ella, a mi hijo y a mi hija”.
De su relación con Rafic, Safa insistió en que no lo conocía, que desconocía sus actividades anteriores.
“Hace cinco días que conozco a ese hombre. Era una persona normal, como nosotros, pero de repente descubrimos que él es un terrorista, nos enteramos por la televisión, por los periódicos, y de pronto todo se volvió contra mí”.
¿Alguna vez te dijo que era beliceño o es americano? ¿Te mostró el pasaporte que tenía de Belice?, le cuestionó el reportero a Safa.
“Él nunca me mostró el pasaporte. Un día dijo que iría a la Zona Libre (en la frontera entre Chetumal y Belice) para encontrarse con un primo. No sé con quién se reunió, se fue y volvió al día siguiente, eso es todo. Me dijo que vivió en Estados Unidos 20 o 25 años, que es maestro, no sé en qué universidad. Yo no sabía nada de su pasado”, señaló Safa.
Sobre si está implicado en actividades delictivas, el líbano-beliceño explicó que “podría estar implicado en cosas ilegales, algo pequeño,” pero no con el terrorismo.
Después de este incidente, qué pasará con Safa, le preguntaron de nuevo.
“La policía de Mérida, de Yucatán, ya me dijo que no tienen nada contra mí”.
El ciudadano beliceño consideró que lo que se dice de él es a raíz de las noticias de la detención de Rafic y los antecedentes que el FBI sostiene del presunto terrorista.
“Ya hablé con el máximo jefe de la Policía, estoy ahora libre, en la calle y no tengo ningún problema, yo soy el dueño del restaurante Habibis”, concluyó Safa Yasser.
Publicada: Jueves, 13 de septiembre de 2012 3:00 am |
Mérida
Las revelaciones de los cables de Wikileaks sobre los reportes del terrorismo en la Península de Yucatán alertaron a Estados Unidos de que las ramificaciones de Al Qaeda y Hezbolá se dedicaban a lavar dinero, traficar drogas, armas, personas y vender autos robados desde Belice para apoyar a sus organizaciones.
Según los cables secretos, publicados por el Diario, un empresario paquistaní y dos libaneses residentes en Belice operaban esa red desde ese país centroamericano con conexión a Líbano.
Estados Unidos sospechó de la presencia de islámicos radicales en Yucatán y siguió cualquier rastro, por muy pequeño que fuera. Incluso investigó la compra de 1,000 chalecos antibalas en Estados Unidos para policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán en 2009, ante el temor de que éstos terminaran en manos de terroristas o criminales.
Sin embargo, todo fue una sospecha porque los equipos sí fueron para la SSP.
Respecto a los vuelos salidos desde Mérida con destino a Los Angeles en diciembre de 2004, las fuentes antiterroristas de EE.UU. afirmaron que existía un plan de la red Al Qaeda para secuestrar aviones de British, Air France y Aeroméxico para realizar atentados, lo que no ocurrió pero sí generó medidas extremas de seguridad, como revisión de pasajeros de los vuelos 490 y 494 de Aeroméxico y el aislamiento y revisión con equipos especiales de las aeronaves de Aeroméxico que llegaron al aeropuerto de Los Angeles, California.
Las sospechas de atentados también ocasionaron que las autoridades estadounidenses impidieran el aterrizaje del vuelo 490 en Los Angeles los días 30 y 31 de diciembre, y el 1 de enero de 2004.