La economía mexicana no tiene para cuándo salir del agujero, como constata la revisión a detalle de Rodolfo Navarrete Vargas, quien, tras analizar las fortalezas y debilidades financieras del país en relación con el problemático entorno mundial, alerta que vienen más años de poco crecimiento y muchas dificultades.
El director de Análisis y Estrategias de Inversión de Vector Casa de Bolsa no cree que la economía mexicana crezca más del 2.3% este 2015, un mejor resultado que el observado en 2013 y 2014, cuando el país sufrió una desaceleración económica, pero mucho menor que el que se anticipaba a principios de año y, desde luego, un incremento del PIB decepcionante por insuficiente.
Tipo de cambio, inflación, tasas de interés, los precios del petróleo, la inversión extranjera, la confianza del consumidor y el consumo interno, Estados Unidos, Grecia, China… Navarrete Vargas, uno de los analistas más influyentes y más certeros del país, pasa revista a todos los factores, analiza todas las señales, para explicar que es lo está pasando en el mundo, para mostrarnos dónde estamos parados.
El PIB: la recuperación tardará más en llegar
La previsión es que 2015 terminará con bajo crecimiento —según Hacienda será del 2.6%, Vector opina que no pasará del 2.3%— debido a varios factores que impactaron en la primera parte del año: la caída en la producción de petróleo, que se suma a sus bajos precios internacionales; el débil desempeño de la economía de Estados Unidos en el primer trimestre, afectada por fenómenos coyunturales, y la falta de confianza de consumidores y empresarios, que inhibe el mercado interno. “Y en 2016 las cosas seguirán igual. Creemos que el próximo año México crecerá sólo 2.5%”, dice Navarrete. “Si en algo están de acuerdo los analistas mexicanos es en el pesimismo”.
Tipo de cambio: el peso no volverá a ser el de antes
Para quienes preguntan “¿regresará el dólar a niveles de 13 ó 14 pesos?”, la respuesta es ¡no! “Al menos es muy poco probable”, señala Navarrete Vargas, “porque la moneda mexicana ha resentido dos choques muy fuertes: uno real y otro financiero”.
El primero: México exporta e importa productos y esas entradas y salidas de divisas determinan el tipo de cambio real. La drástica caída de la fuente principal de divisas —el petróleo— determinó que el peso nominal se depreciara hasta los $15 por dólar.
El segundo choque, provocado por la inminente alza de las tasas en EE.UU. y la salida de capitales, provoca un sube-baja del peso. No sería raro ver el dólar en $17 este mismo año, pero lo que está relativamente claro es que, llegado un momento, se estabilizará en los $15. “No en los 14 ni en los 13, porque $15 es el efecto del choque real”, dice.
Tasas de interés: crédito y dinero serán más caros
La FED, el banco central de Estados Unidos, prevé comenzar a mover sus tasas de interés en septiembre próximo. Se espera que este año suba 0.50% la tasa base, 1% el próximo año, 1% el otro y 1% el siguiente, hasta llegar a 3.5% en 2018. Veremos entonces la salida de capitales de países emergentes hacia Estados Unidos.
Para evitar las consecuencias catastróficas de una masiva fuga de divisas, el Banco de México tendrá que aumentar también su tasa referencial. Vendrán días de reacomodo, mayor depreciación del peso… “¿Qué veremos los consumidores?, que los intereses de las tarjetas de crédito, de las hipotecas, etc., van a subir. ¿Y qué podemos hacer antes de que la realidad nos alcance? Pedir un préstamo a tasa fija y a largo plazo porque el crédito se encarecerá pronto. Si alguien pensaba comprar una casa, hágalo ahora, cuando las tasas aún están baratas… Obviamente cada quien tiene que hacer su evaluación para saber si podrá pagar el préstamo”, advierte el analista.
Inflación: todo depende de hasta dónde llegue el dólar
“La inflación está relativamente controlada, aunque hay cierto temor por el “pass trough” (efecto del tipo de cambio en los precios al consumidor), que se dará o no en función de lo que suceda: si se siguen observando estos comportamientos —ayer el dólar estuvo en $15.57— seguramente terminará traduciéndose en los precios. En Vector creemos que la inflación será de 3.30% al cerrar el año”.
Exportaciones: un motivo para encender las alarmas
El caso de las exportaciones es otro gran motivo de preocupación, dice el analista. La de automóviles va bien, pero no la de todo el conjunto.
“O sea, sólo tenemos un buen cliente, que es el que nos está arrastrando, pero las exportaciones totales —a Europa, Asia, Latinoamérica— muestran un pronunciado declive”. Por si esto fuera poco, agrega, las ventas a EE.UU: están llegando a un límite de crecimiento y no podrán prosperar a menos que se hagan cambios tecnológicos, estructurales. “Cabría preguntarnos ¿por qué no tomamos impulso en las exportaciones si nuestro tipo de cambio se está depreciando?”.
Poca confianza, poco consumo, poca inversión
La economía de Estados Unidos ya comenzó a crecer y nos está jalando… con dificultad, pero lo está haciendo. “Sin embargo, un factor muy importante está apuntando en sentido contrario”, advierte el analista de Vector.
La demanda interna, el otro motor de la economía y que está formada por el consumo privado, la inversión privada y el gasto del gobierno, se mantiene bastante deprimida.
La confianza de los consumidores resintió los efectos negativos de la reforma fiscal y no se ha repuesto, los consumidores están reaccionando, pero no a plenitud, el consumo está creciendo, pero no a los niveles esperados, dice. “Y también los empresarios están desconfiados, decepcionados. Como no ven claro el futuro, no están invirtiendo”, señala el analista.