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Domingo, 12 de julio de 2015 - Edición impresa
En los suelos de Yucatán se desplazan 47 especies de ofidios y algunas están bajo amenaza, aunque sólo cinco son realmente venenosas para el ser humano
Las serpientes están presentes en territorio yucateco con 47 especies y, aunque prevalecen el temor a ellas y la tendencia a exterminarlas, sólo cinco son realmente venenosas para el ser humano, manifiesta Luis Fernando Díaz Gamboa, director de la Red para la Conservación de los Anfibios y Reptiles de Yucatán.
“Es muy aislada, casi nula, la frecuencia con la que una persona se puede encontrar con una serpiente venenosa en zonas urbanas”, añade. “Es más común que tenga contacto con ellas la gente del campo”.
El biólogo Díaz Gamboa indica que, contra lo que muchos piensan, las serpientes son necesarias para el control ecológico porque forman parte de la cadena alimenticia.
“En general, los reptiles y los anfibios nos ofrecen servicios ambientales”, añade. “Por ejemplo, las serpientes pueden ayudarnos a acabar con los roedores, que son transmisores de enfermedades. Si tuviéramos que contratar a algún fumigador u otro experto nos ocasionaría gastos.
“Los anfibios, como las ranas y las salamandras, se encargan de comer a los insectos, como mosquitos, y a las cucarachas. A los seres humanos nos interesa conservarlos. Todos los animales nativos de Yucatán tienen una función ecológica que es muy benéfica”.
No obstante, admite que la gente tiende a matar a las ofidios porque a lo largo de la historia se ha difundido que su mordedura es mortal para las personas, pero no es así. Las serpientes se clasifican en culebras, cuya mordedura no representa gran riesgo para el humano, y las víboras, que sí son venenosas.
En otro lugar de esta página nos referimos a las cinco especies venenosas que se hallan en Yucatán.— ÁNGEL NOH E.
“Reptiles y anfibios nos ofrecen servicios ambientales”
