Desde hace 15 años Pepe Lizama vive en Europa, donde es coreógrafo, docente y actualmente concluye una maestría en la materia.
En entrevista, el artista recordó que desde muy pequeño se interesó en la danza, ya que sus hermanas y su mamá la practicaban.
“Entré con Carlos Acereto a los 8 años en un ballet de folklore, y a partir de eso empecé. Una de mis primas tiene una academia y ella me incentivó a la danza clásica, me llevó con Víctor Salas; estuve en su compañía 10 años y durante este tiempo tomé clases con rusos, cubanos, empecé a viajar, y en el año 2000 decidí irme a Cuba y estuve en Prodanza y la compañía nacional de ese país”.
“Estudié un programa de ballet para aplicarlo en mis clases, y ya con 18 años de edad comencé a dar clases; durante dos años en Cuba conocí a una coreógrafa de Portugal y me invitó con una beca a irme a Lisboa en el 2002, y ahí comenzó mi carrera en Europa”, afirmó.
“Estuve tres meses con ellos, luego conocí a un maestro francés y me ofreció un 50% de beca para ir a París, Francia, pero aún así no podía pagarlo, ya que es una de las ciudades más caras del mundo”.
“En Portugal me encontré posteriormente con el mismo maestro y me otorgó el 100% de la beca para irme a Francia, de ahí viajé a Barcelona y me dieron un contrato como maestro”.
En su experiencia como docente “me dicen que soy gracioso, severo, pero también me esfuerzo de que se estresen menos, porque los alumnos no dejan de ser adolescentes o incluso niños”.
Pepe Lizama agregó que en 2004 le ofrecieron la dirección artística en Cataluña, “y ahí estuve cuatro años, luego me invitaron para ser maestro y director de la escuela de Andorra”.
“Me establecí en Barcelona, estuve dos años como maestro y coreógrafo, recibí invitación para ser maestro de bailarines de una escuela profesional importante en España y estuve un año con ellos, hasta que me ofrecieron crear un centro de alto rendimiento y llevarlos a los concursos de danza internacional”.
“En 2012 me invitaron a regresar a Portugal y ya llevo cuatro años radicando en ese país; decidí entrar a la Maestría en la Enseñanza en la Danza en la Escuela Superior de Danza de Lisboa”, aseveró.
Luego de varios años de no estar en su tierra natal, Pepe regresó a Mérida para estar con su familia, y aprovechó para impartir varias clases magistrales en academias locales.
El destacado coreógrafo descubrió que en la capital yucateca existe mucho talento por lo que decidió otorgar ocho becas a estudiantes para que se fortalezcan sus conocimientos de danza en Europa.
Se dijo contento de estar de vuelta en Mérida y satisfecho de que haya mucho talento para la danza, y apoyará en sus posibilidades a las nuevas generaciones de bailarines yucatecos.