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Las fiestas patrias se festejan en todo México. Una parte esencial de esta conmemoración, es compartir la mesa y la comida típica de cada región. Las recetas de antaño surgen de lo más recóndito de las cocinas familiares para ofrecer su sabor y agradar al paladar. La culinaria nacional “es muy variada y una de las más ricas en el uso de ingredientes, ya que utiliza diversos cereales, verduras, frutas, salsas, pescados, carnes y leguminosas y, con esto ofrece la posibilidad de integrarlos a una alimentación correcta”, asegura Beatriz Cuyás, licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos.
Hay personas que, durante estas fechas, le temen a la báscula o, por cuestiones de salud se resisten a la comida tradicional. Para ellos, la nutrióloga Cuyás recomienda buscar opciones y diseñar menús con productos nacionales, por ejemplo:
1.- Una ensalada típica mexicana con ejotes, chile poblano y coliflor de Baja California, enriquecida con crutones de pan de caja hechos en casa.
2.- Como plato fuerte unas mini tortas de cochinita pibil con cebolla morada, chile habanero y aguacate
3.- De postre un dulce de zapote negro –fruta de temporada- con jugo de naranja.
O bien hacer más ligeros y saludables algunos platillos típicos, evitando freírlos, barnizándolos con aceite y preparándolos al horno. Otra manera es acompañar algunos platillos con vegetales, por ejemplo: tlacoyos típicos de Tlaxcala con ensalada de nopales encima, o pozole jalisciense desgrasado y con mucha lechuga y rabanitos.
Uno de los productos mexicanos que aporta nutrimentos similares al de los cereales, es el amaranto, importante fuente de energía, proteína y fibra, “este pseudocereal se consume, principalmente, en barritas con miel, popularmente conocidas como alegrías. Pero puede utilizarse para dar variedad dentro de una dieta correcta, comiéndolo hervido para sustituir al arroz o crujiente para complementar ensaladas” comenta Beatriz Cuyás, certificada por el Colegio de Mexicanos de Nutriólogos.
El pan en la cocina nacional
La dieta de las culturas prehispánicas se basaba en el maíz y era complementada con chiles, hierbas, frijoles, jitomate, nopales y diversas frutas, además de pavo y pescados. Al llegar los españoles en el siglo XVI, introdujeron gallinas, cabras, ovejas y cerdos. Así como arroz, trigo, avena, entre otros productos, que vinieron a fusionarse a la cocina indígena, haciéndola variada y muy compleja. Con el trigo, llegó el pan y se integró a la nueva cultura culinaria.
Hoy “existen numerosos platillos típicos que utilizan pan en su elaboración, como la torta ahogada, los molletes, los pambazos entre otros. O bien, es un buen acompañante para comer un pipián o un mole poblano, aumentando su sabor y aportando carbohidratos complejos que son la principal fuente de energía para el cuerpo”, afirma Beatriz Cuyás.
-¿Cuánto pan incluir en cada comida?
-Dependerá de las características de cada individuo y de su actividad física. Pero, una persona promedio puede consumir entre 6 y 8 porciones de alimentos hechos a base de cereales, entre los que se encuentra el pan.
Una vez al año no hace daño
Cada año, septiembre se llena de los colores patrios, así como de ricos y variados platillos típicos. ¿Cómo alejar la tentación de probarlos sin remordimientos y malestares?
“Es importante -advierte la nutrióloga Cuyás- tomar en cuenta la cantidad de los alimentos que vamos a consumir. Algunos de los guisos mexicanos aportan una gran cantidad de calorías, por lo que hay que comer porciones pequeñas y acompañarlas con un plato rico en verduras de la temporada”.
“No hay que olvidar que existe la tradición del recalentado, que permite poder disfrutar sin excederse. Por otra parte, es recomendable aumentar la actividad física en estas fechas, y así poder disfrutar de las preparaciones favoritas, sin poner en riesgo el consumir calorías de más”.
Llegó septiembre, el mes de la patria, disfrutemos de las fiestas, gocemos de su tradición gastronómica y aprovechemos su nutritiva variedad para diseñar una dieta correcta para celebrarlo.
Fuente: Milenio
Las fiestas patrias se festejan en todo México. Una parte esencial de esta conmemoración, es compartir la mesa y la comida típica de cada región. Las recetas de antaño surgen de lo más recóndito de las cocinas familiares para ofrecer su sabor y agradar al paladar. La culinaria nacional “es muy variada y una de las más ricas en el uso de ingredientes, ya que utiliza diversos cereales, verduras, frutas, salsas, pescados, carnes y leguminosas y, con esto ofrece la posibilidad de integrarlos a una alimentación correcta”, asegura Beatriz Cuyás, licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos.
Hay personas que, durante estas fechas, le temen a la báscula o, por cuestiones de salud se resisten a la comida tradicional. Para ellos, la nutrióloga Cuyás recomienda buscar opciones y diseñar menús con productos nacionales, por ejemplo:
1.- Una ensalada típica mexicana con ejotes, chile poblano y coliflor de Baja California, enriquecida con crutones de pan de caja hechos en casa.
2.- Como plato fuerte unas mini tortas de cochinita pibil con cebolla morada, chile habanero y aguacate
3.- De postre un dulce de zapote negro –fruta de temporada- con jugo de naranja.
O bien hacer más ligeros y saludables algunos platillos típicos, evitando freírlos, barnizándolos con aceite y preparándolos al horno. Otra manera es acompañar algunos platillos con vegetales, por ejemplo: tlacoyos típicos de Tlaxcala con ensalada de nopales encima, o pozole jalisciense desgrasado y con mucha lechuga y rabanitos.
Uno de los productos mexicanos que aporta nutrimentos similares al de los cereales, es el amaranto, importante fuente de energía, proteína y fibra, “este pseudocereal se consume, principalmente, en barritas con miel, popularmente conocidas como alegrías. Pero puede utilizarse para dar variedad dentro de una dieta correcta, comiéndolo hervido para sustituir al arroz o crujiente para complementar ensaladas” comenta Beatriz Cuyás, certificada por el Colegio de Mexicanos de Nutriólogos.
El pan en la cocina nacional
La dieta de las culturas prehispánicas se basaba en el maíz y era complementada con chiles, hierbas, frijoles, jitomate, nopales y diversas frutas, además de pavo y pescados. Al llegar los españoles en el siglo XVI, introdujeron gallinas, cabras, ovejas y cerdos. Así como arroz, trigo, avena, entre otros productos, que vinieron a fusionarse a la cocina indígena, haciéndola variada y muy compleja. Con el trigo, llegó el pan y se integró a la nueva cultura culinaria.
Hoy “existen numerosos platillos típicos que utilizan pan en su elaboración, como la torta ahogada, los molletes, los pambazos entre otros. O bien, es un buen acompañante para comer un pipián o un mole poblano, aumentando su sabor y aportando carbohidratos complejos que son la principal fuente de energía para el cuerpo”, afirma Beatriz Cuyás.
-¿Cuánto pan incluir en cada comida?
-Dependerá de las características de cada individuo y de su actividad física. Pero, una persona promedio puede consumir entre 6 y 8 porciones de alimentos hechos a base de cereales, entre los que se encuentra el pan.
Una vez al año no hace daño
Cada año, septiembre se llena de los colores patrios, así como de ricos y variados platillos típicos. ¿Cómo alejar la tentación de probarlos sin remordimientos y malestares?
“Es importante -advierte la nutrióloga Cuyás- tomar en cuenta la cantidad de los alimentos que vamos a consumir. Algunos de los guisos mexicanos aportan una gran cantidad de calorías, por lo que hay que comer porciones pequeñas y acompañarlas con un plato rico en verduras de la temporada”.
“No hay que olvidar que existe la tradición del recalentado, que permite poder disfrutar sin excederse. Por otra parte, es recomendable aumentar la actividad física en estas fechas, y así poder disfrutar de las preparaciones favoritas, sin poner en riesgo el consumir calorías de más”.
Llegó septiembre, el mes de la patria, disfrutemos de las fiestas, gocemos de su tradición gastronómica y aprovechemos su nutritiva variedad para diseñar una dieta correcta para celebrarlo.
Fuente: Milenio