CIUDAD DE MÉXICO.- El aumento significativo en la cifra de embarazos no deseados es una de las posibles secuelas que el Covid-19 dejaría en México, advierte Aimée Vega Montiel, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (Ceiich) de la UNAM y presidenta de la Alianza Global de Medios de Género (GAMAG).
La especialista explica que, tanto la pandemia como el confinamiento por la enfermedad, han puesto en evidencia las distintas dimensiones en las que la violencia afecta a mujeres y niñas.
Una de las expresiones más graves, evidenciada por la ONU a principios de la pandemia, es el posible aumento exponencial de embarazos no deseados –15 millones por cada tres meses de confinamiento– que por la falta de acceso a los anticonceptivos, por violencia de género o matrimonio infantil se agudizará en países como México.
La investigadora puntualiza que por las condiciones de violencia estructural que se han dado en nuestro país y las omisiones que el gobierno mexicano ha hecho en torno al tema, este panorama catastrófico podría observarse en los próximos meses.
Otras experiencias. "Lo que hace Naciones Unidas es basarse en experiencias por las que ya hemos pasado. Este dato tan preocupante lo traemos a colación puesto que durante la epidemia y la crisis del Ébola, la UNICEF alertó acerca de la cantidad tremenda de embarazos que hubo entre la población de niñas y adolescentes como producto de violencia sexual, de violaciones por parte de integrantes de sus propias familias", comenta Vega Montiel, enfatizando que la contingencia y el aislamiento por la pandemia de Covid-19 ha dejado un aumento en los índices de violencia al interior de los hogares mexicanos.
Estos datos han sido señalados por asociaciones civiles, pero aún no existen una instrumentación de acciones con perspectiva de género y con una visión de Derechos Humanos por parte del gobierno federal para atender el problema. Hace falta también el monitoreo a las denuncias interpuestas por las víctimas que permanecen en situación de riesgo.
Desestima problemática. "Resulta lamentable la expresión que ha tenido el presidente de la República al desdeñar la gravedad del problema, incluso señalando a las mujeres como mentirosas, que es un estereotipo que ha pesado en las mujeres víctimas de violencia de género. Con eso, establece la perspectiva del gobierno federal sobre la importancia de combatir la violencia de género en el marco de esta pandemia", comenta la especialista.
La tendencia en el incremento de feminicidios (367 del 28 de febrero al 13 de abril, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), son otras expresiones también de violencia de género que la pandemia de Covid pone en evidencia, asegura Vega Montiel.
La primera es la desigualdad económica y el aumento de la pobreza entre este sector vulnerable: "92% de quienes trabajan en la informalidad son mujeres y el llamado a quedarse en casa nunca consideró a estos millones de mujeres, cuyos ingresos dependen de su salida a la calle". A esta, se suma la inseguridad alimentaria y la pérdida de empleo.
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