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La ciudad de Camargo, en Tamaulipas, se ha convertido en el tramo final de una peligrosa ruta de indocumentados, quienes, en su intento por llegar a Estados Unidos, tienen que pagar a los traficantes de personas tarifas que van de los mil 500 dólares hasta los 7 mil dólares (entre 30 mil y 140 mil pesos).
De acuerdo con documentos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), el costo de cruzar la frontera varía en función de la comodidad, la seguridad y el apoyo con el que cuenten los migrantes en su viaje.
Investigaciones del CBP, a las que MILENIO tuvo acceso, revelan que es justamente en Camargo donde se hace el último pago a los traficantes, para que los indocumentados sean internados en Estados Unidos.
Los patrones en el tráfico de migrantes y el modus operandi de los delincuentes señalan que, normalmente, los precios se acuerdan y se dan adelantos, y el total se liquida una vez completado el viaje a esa ciudad tamaulipeca.
Una vez realizado el pago, los migrantes son transportados hacia la frontera, donde generalmente cruzan el Río Bravo en balsas o, incluso, a través de los sistemas de drenaje. Una vez en tierras estadunidenses, son llevados a casas de seguridad en la ciudad de Río Grande, en Texas, donde posteriormente se arregla su transporte a alguna otra ciudad o estado.
En la información de la CBP se destaca, por ejemplo, que por mil 500 dólares una mujer tuvo que cruzar por sus propios medios el Río Bravo junto a su esposo, a quien le cobraron 2 mil dólares, para después ser transportados en la cajuela de un auto tipo sedán a Houston, Texas.
Por 3 mil 100 dólares, guías introducen a los migrantes a la Unión Americana, a a través de balsas por el Río Bravo, y por 3 mil 500 son transportados en un automóvil pero como pasajeros, y ya no en la cajuela.
Por ejemplo, la denuncia criminal número M-14-1471-M, iniciada ante la División McAllen de la Corte Sur del Distrito de Texas, relata que el migrante Iván Arias García debió pagar 3 mil 100 dólares para ser introducido ilegalmente en Estados Unidos.
"Arias declaró haber hecho tratos para ser llevado a Estados Unidos con una persona identificada como 'Mari'. Esto ocurrió en Camargo, Tamaulipas, donde acordó pagar 3 mil 100 dólares para ser llevado a Estados Unidos, conducido por tres guías", señala el documento oficial de la autoridad estadounidense.
En cambio, por 7 mil dólares, los migrantes son cruzados por traficantes que los transportan en balsas por el Río Bravo y una vez en tierra, los contrabandean en camionetas amplias. Además, son alojados y alimentados durante varios días en casas de seguridad, antes de llevarlos a sus destinos.
Fue el caso de José Antonio Hernández Morales, cuya experiencia quedó asentada en la denuncia criminal número M-18-2375-M, iniciada también ante la División McAllen de la Corte Sur del Distrito de Texas.
En ella se establece que Hernández hizo el acuerdo con los traficantes de migrantes por esa cantidad de dinero. "Tomó un autobús a la ciudad fronteriza de Camargo y fue llevado al Río Grande (Río Bravo), donde en lanchas, junto con otras tres personas, cruzó la frontera hacia Estados Unidos. Del otro lado del río los esperaba una (camioneta) Tahoe negra, la cual abordaron. Indicó que, durante el trayecto por carretera, se les pidió agacharse, porque el conductor vio a la Patrulla Fronteriza", se indica en los documentos a los que MILENIO tuvo acceso.
Las investigaciones del CBP también demuestran cómo, en muchas ocasiones, los migrantes son transportados en condiciones inhumanas; por ejemplo, tres individuos fueron encontrados escondidos en la cajuela de un Ford Focus, en 2011.
Incluso, en 2019 se intentó ingresar, a través del puerto fronterizo de Río Grande, a un menor de cuatro años, con un certificado de nacimiento falso. Las personas que intentaron introducirlo ilegalmente a Estados Unidos confesaron que lo habían recogido en Camargo.
Este caso pudo probar que existe un modus operandi, por parte de algunos traficantes, que ofrecen dinero a civiles a cambio de que ingresen a los migrantes a territorio estadunidense.
Sin embargo, Camargo no sólo es un punto de tráfico intenso de indocumentados. Reportes y detenciones realizadas por las autoridades fronterizas de Estados Unidos muestran cómo los cárteles de Los Zetas y del Golfo utilizaban la zona para controlar el tráfico de heroína, cocaína y mariguana hacia el país del norte, así como el envío de dinero procedente del narco.
Es exactamente esa misma ruta, la de Camargo hacia Río Grande, la que los carteles de Los Zetas y del Golfo utilizan desde 2009 para traficar heroína, cocaína, mariguana y dinero en efectivo. Una ruta que, en conversaciones interceptadas por la DEA, era vigilada por ambos cárteles cuando formaron una alianza, para evitar que otros grupos criminales les ganaran la plaza.
De acuerdo con el Reporte Congresional sobre Crimen Organizado y Organizaciones de Tráfico de Drogas de Estados Unidos de 2020, la zona ahora es peleada por los cárteles de tierra caliente, liderados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).