Joaquín Paredes Polanco y Julio Sandoval Pool, con 19 y 17 años de labores en el Ayuntamiento de Mérida y ex empleados de la Subdirección de Proveeduría, son dos de más de 70 despedidos que ya lleva, según los regidores del PAN, la administración que encabeza Angélica Araujo Lara.
Joaquín Paredes era auxiliar de compras. Fue parte del equipo que le dio a Mérida el primer lugar nacional en círculos de calidad, contribuyó a que Proveeduría se certifique en ISO 9001, en 2009 se graduó —a sus 36 años— como licenciado en Administración (fue el mejor promedio de su generación) y no ha cometido, asegura, faltas en su trabajo.
“Nadie pudo explicarme cuál fue el motivo por el que hoy me despiden. Sé que Compras es un lugar estratégico para ellos y si no me querían allá me hubieran reubicado, pero no echarme a la calle”, señala Joaquín.
“Me estaban dando $10,000 de liquidación, pero no les aceptaría ni $100,000. Se trata de mi fuente de trabajo, del sustento de mi familia. La única explicación que veo es que me sacan por ser panista”, subraya Joaquín, quien padece de hipertensión.
“Claro, si son capaces de hacerle daño a la ahijada de la gobernadora, ¿qué podemos esperar nosotros?”, expresa.
Julio Sandoval también participó en la certificación de Proveeduría y ayudó a darle al Ayuntamiento el Premio Nacional de Calidad. Igual que Joaquín tenía base y ahora está despedido sin causa razonable.
“Sólo te dicen, con todo cinismo: 'Ya no requerimos tus servicios, tú sabes, esto es político'. A mí me estaban dando $13,000, pero no acepté”, afirma Julio, quien es diabético y pronto perderá la seguridad social.
Los regidores Lizette Mimenza Herrera y Kirbey Herrera Chab afirman que los despidos injustificados son parte del revanchismo político que se agudiza en la Comuna.
“Los que han venido a plantearnos su caso coinciden en señalar que el autor de los despidos es Gaspar Quintal (Parra, director de Gobernación), cabeza de uno de los grupos priistas que hay en el Ayuntamiento”, indica la regidora panista.
Kirbey Herrera dice que los despidos están focalizados a militantes panistas, sin importarles desmantelar al equipo experimentado que brinda servicios de calidad a los meridanos.
“Le están quitando el orgullo a Mérida”, advierte Lizette.
Ayer, los regidores del PAN, encabezados por su coordinador Luis Canto García ofrecieron una rueda de prensa para condenar los presuntos ceses injustificados y exigir a la alcaldesa Angélica Araujo Lara que reinstale a los trabajadores despedidos.
Luis Canto indicó que ya despidieron a 70 u 80 empleados, muchos de ellos con base: “Se trata de personas con familias, así que nosotros nos preguntamos: ¿dónde está el lado sensible que la alcaldesa dice tener?”.
El regidor advirtió que hay el riesgo de que la Comuna contrate a gente sin experiencia y “se pierdan los servicios públicos de calidad a los que están acostumbrados los meridanos”. El regidor Manuel Ávila Noh señaló que aunque la alcaldesa habló de mantener un gobierno incluyente, que respete la base laboral, en la Comuna hay un clima de terrorismo laboral, de venganza política, de golpeteo. Las autoridades están despidiendo a personas capacitadas, con historiales limpios, aseguró el edil.
—Yo estoy en la mejor disposición de revisar el número, quiénes son y los motivos. Algunos han presentado su renuncia —apuntó.
Dijo que son de 90 a 100 personas las que ya no laboran en la Comuna: “De éstas, casi el 50% presentó su renuncia y el resto es gente que ha sido dada de baja o ya no trabaja con nosotros porque son eventuales o están por contrato y sus directores determinaron que no era necesario renovarles o ampliar su contrato. Es parte de ese análisis que se está haciendo”.
Los regidores del PAN manifestaron también que hay funcionarios, como el tesorero Carlos Bastarrachea Lara, que tratan mal a los empleados. La alcaldesa dijo que hasta donde marca el organigrama y sus funciones, este servidor público está dedicado a otras tareas y trabajos y tiene escasa relación con el personal.
De acuerdo con un boletín, el coordinador de los regidores del PRI, Álvaro Omar Lara Pacheco, afirmó que uno de los propósitos de la administración municipal de Mérida es transitar de un sistema tradicional de trabajo a uno operativo y para ello cada día se revisa el desempeño del personal de todos los niveles “a fin de tomar decisiones que nos permitan servir mejor a la ciudadanía”.
El edil priista consideró que los cambios en la planta laboral son normales en el inicio del gobierno municipal, ya que se requiere gente que tenga “bien puesta la camiseta” y responda a los propósitos de trabajo de la alcaldesa.
Álvaro Omar Lara afirmó que las rescisiones de personal han sido mínimas si se considera que la mayoría fueron de manera voluntaria y corresponden a empleados de confianza.
El regidor agregó que es reducido el porcentaje de bajas de personal si se le compara con el total de empleados municipales, pues de acuerdo con sus cálculos asciende a sólo 0.7% del total de la nómina. “Son reacomodos normales que se realizan en todas partes, ya que el personal de confianza debe estar bien identificado con sus respectivos jefes y directores, y debe tener la camiseta bien puesta para servir a la ciudadanía”.
Respecto de la forma de trabajo del actual gobierno meridano, el coordinador de la fracción priista añadió que se valora al personal con base en resultados y negó que los ajustes se traten de una “cacería de brujas”.