(1)Comerciantes establecidos del Centro denunciaron que algunos empresarios fomentan al ambulantaje al permitir que los vendedores se instalen en las puertas de sus negocios o subrentándoles el espacio a 100 pesos diarios.
Los principales problemas se concentran en la calle 67 entre 56 y 58, y en la 56 e la 67 a la 57.
Los quejosos piden públicamente que la Cámara Nacional de Comercio de Mérida (Canacome) tome cartas en el asunto y presione a sus agremiados para que no protejan a los vendedores ambulantes.
Inspectores de mercados aseguraron que no pueden hacer mucho con los puestos ambulantes instalados a las puertas de los negocios, debido a que los encargados de esas tiendas establecidas legalmente son quienes los protegen.
"Es irónico, pues la misma Cámara de Comercio pide el retiro de los ambulantes, pero algunos de sus agremiados los protegen", citó un comerciante.
Los quejosos entregaron al Diario documentos en los que algunas empresas otorgan su anuencia para que se instalen ambulantes a las puertas de su negocio.
Alberto Jiménez Chalé y su hermana Rosario de Fátima son los dueños del puesto ambulante más grande del Centro Histórico, en la calle 67 con 58.
Ambos tienen permiso de una empresa para instalarse a las puertas del negocio y tienen puestos fijos en el mercado San Benito. Empezaron con un huacal y ahora ocupan una extensión de siete metros, venden prácticamente de todo, la mayor parte de la mercancía de dudosa procedencia.
En esa zona hay por lo menos ocho negocios que le han dado permiso a vendedores ambulantes para que trabajen a las puertas de su tienda. Unos 50 subrentan espacios a los ambulantes
.
