(1)Entre la población meridana abundan quienes no quieren a los árboles, les disgusta que sus hojas y frutos caigan a sus jardines y se rieguen por la calle. Piden talarlos para terminar con eso que consideran "un problema".
Cada día el Ayuntamiento recibe al menos una llamada de personas que piden la tala de un árbol o el corte de sus ramas, y la mayoría de las veces el argumento es que "ensucian" la calle y los predios en derredor.
Cada mes los teléfonos de Ayuntatel repiquetean 60 ó 70 veces con llamadas de ese tipo. En esos casos la Comuna envía inspectores para determinar si se justifica o no acceder a la demanda, y generalmente las rechaza o accede al corte de ramas como una solución intermedia.
Ese trabajo está a cargo de la Subdirección de Ecología, la cual lleva al cabo en estos días un plan de tala de 28 ejemplares en diversos puntos de la ciudad, entre ellos el Paseo de Montejo. La eliminación de esos ejemplares fue aprobada después de inspecciones hechas a raíz de solicitudes del público.
Ayer trabajadores de la Comuna derribaron tres árboles en la avenida Pérez Ponce, a las puertas de la sucursal del banco Santander, a unos pasos del canal 13 de televisión local. Fueron dos robles y un pich de gran tamaño y muchos años de vida encima.
La víspera, como informamos, fue suprimido otro ejemplar de gran tamaño en el Paseo de Montejo, a las puertas de un hotel que abrirá pronto sus puertas, cerca del Monumento a la Patria.
Antes de ello se derribó otro más, en la glorieta donde se cruzan la prolongación de esa vía con el Circuito Colonias.
Servicios Públicos Municipales informó que analiza la posibilidad de que en adelante se invite a medios de difusión y especialistas en el ramo para que vean los árboles programados para tala, a fin de que constaten los dictámenes sobre la necesidad de suprimirlos que representan un peligro.También ofrecerían al público que así lo desee llevarse las piezas que se corten del tronco y de ramas gruesas, a fin de que éstos no terminen triturados sino que sirvan para esculturas, adornos de jardín, etcétera.Se descartó la posibilidad de dejar los troncos en pie y convertirlos en esculturas similares a la que hay en la glorieta a Justo Sierra, junto al módulo de información turística. La razón es que la madera se agrieta con el paso del tiempo, destruyendo la escultura y generando el riesgo de caída de la pieza al descomponerse su base.
