Noticias de Yucatán
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Daniel Jesús Carrillo Polanco (*)
El pasado 4 de marzo el Diario publicó una nota, a seis columnas y en primera plana, en la que dio cuenta de algunas declaraciones de la ex titular del Ejecutivo en las que, entre otras cosas, aseguró que se dedicaba a la porcicultura, en un rancho, en su natal Dzemul.
Las afirmaciones de la ex funcionaria y hoy dirigente nacional del PRI se dieron en una entrevista con Katia D’Artigues, que se transmitió por televisión nacional.
Cuando se le preguntó sobre su supuesto rancho, la entrevistada respondió: “Sí, sí (lo conservo). Si no, ¿de qué vivo? Vivo de la porcicultura. Afortunadamente, en Yucatán somos de los principales exportadores de carne de cerdo”.
Tras esta afirmación, el Diario se dio a la tarea de investigar el paradero del “rancho”, pero los dzemuleños se mostraron sorprendidos pues, aunque saben que en algún momento de su vida la ex funcionaria se dedicó con su familia a la cría de cerdos en el patio de su casa en Dzemul, no hay indicios de que hoy se dedique a esa actividad.
La conclusión es que, al menos en Dzemul, nadie sabe que la señora Ortega Pacheco tenga una granja, o se dedique a la cría de cerdos o posea infraestructura porcícola en otro municipio.
¿Puede alguien mentir con tanto descaro? ¿Qué quiso decir la señora al afirmar que se dedica a la porcicultura? Hasta hoy no ha habido aclaración alguna o demostración de que, en efecto, posee una granja porcícola con trabajadores y todo lo que implica.
Me parece que en realidad no mintió, que sí se dedica a la porcicultura, pero no a la de crianza de cerdos con fines industriales y comerciales, sino a la de carácter político.
¿Y qué podemos considerar porcicultura política? Es vox populi que las malas acciones de los políticos que se enriquecen a costa de los impuestos son verdaderas cochinadas.
¡Cuántas denuncias públicas hizo este medio de comunicación contra las desaseadas maniobras de la gestión estatal anterior y cuántas otras se presentaron ante diversas autoridades, que hasta hoy siguen impunes! ¿No es esto porcicultura política?
La porcicultura política se promueve cuando en vez de castigar a quien hizo cochinadas se le premia con un cargo público para que siga haciendo las mismas acciones desaseadas, en detrimento de un Estado o incluso de todo el país.
La porcicultura política no es otra cosa que la corrupción en sus diversas formas: despilfarro, frivolidad, enriquecimiento ilegítimo, desfalco, represión y, desde luego, impunidad.
¿Fue o no una cochinada política orquestar una golpiza contra ciudadanos que protestaban el 4 de julio de 2011 y luego hacer como que “ni cuenta nos dimos” o que no actuaron sólo porque les pidieron vialidad más no protección? ¿Quién ha pagado por esto…? Nadie. Al haber impunidad, hay porcicultura política.
Y me parece que no es ella la única porcicultora política porque con impunidad se cuida a quienes hicieron las acciones sucias contra los ciudadanos, y de esta manera promueve que el rebaño crezca y se engorde aún más.La “porcicultura política” ocurre cuando se promueve la impunidad pero también la desarrollan perfectamente quienes gozan de ésta porque lo más seguro es que seguirán actuando suciamente en detrimento de la sociedad.- Mérida, Yucatán.
dajecapo@hotmail.com
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*) Maestro en comunicación política y marketing electoral y consejero estatal del PAN