Contra los elefantes blancos

22 febrero 2014
Noticias de Yucatán ()

Es indispensable evaluar todos los proyectos públicos


Muchos gobiernos quieren hacer creer que gastar dinero es lo mismo que impulsar el desarrollo, aunque los recursos vayan a proyectos disparatados, faraónicos, presentados como obras de interés público cuando en realidad son operaciones al servicio de intereses particulares, hace notar el maestro Carlos Estrella Escalante.
“Esa es la razón de que tengamos hospitales que no se ocupan, aeropuertos en los que no bajan aviones, puertos de altura que después de 30 años de haber sido construidos apenas llegan al 15% de operación, carreteras donde transitan unos cuantos vehículos, dizque plataformas logísticas donde no se produce nada ni se trae nada. miles de millones de pesos mal utilizados que pudieron haberse destinado a proyectos de beneficio social, a obras que sí hacen falta”.
Una forma de contener esos atropellos disfrazados de bien común, dice, es convertir en prioridad la evaluación socioeconómica como método para mejorar la formulación y ejecución de la obra pública, y también como mecanismo de rendición de cuentas a la sociedad.
“Realizar una evaluación socioeconómica es en pocas palabras decidir, con base en las mismas metodologías que utilizan organismos internacionales, la conveniencia de llevar a cabo los proyectos de inversión de los gobiernos”, explica el especialista, quien ofreció una conferencia magistral sobre el tema en el Foro Internacional “Políticas Públicas y Desarrollo Regional”, realizado anteayer por la tarde en la Facultad de Economía de la Uady.
Lo peor es que, además del desperdicio de recursos, esos proyectos se hicieron con dinero prestado, prosigue. Y por esas deudas que seguimos pagando no hay dinero para las obras indispensables que pueden tener un impacto mayúsculo en la calidad de vida de sus destinatarios.
La evaluación socioeconómica de una obra antes de que sea ejecutada cobra especial relevancia si se toma en cuenta que en el país, y en Yucatán en particular, hay muchas carencias que reclaman una atención urgente del gobierno, concluye Estrella Escalante

Cuidar el dinero, un deber del gobierno

En el despilfarro está una razón de la pobreza social


La economía de un país se comporta de la misma manera que la de una familia: si se tira el dinero en cosas inservibles en vez de cubrir las necesidades, la familia entrará en crisis. Y más cuando los recursos no son abundantes.
El maestro Carlos Estrella Escalante emplea esta analogía para explicar la importancia de que toda obra pública justifique en una evaluación que es prioritaria, que la cantidad de dinero que se va a invertir en ella, generalmente cuantiosa, traerá beneficios para la sociedad.
No es por azar que exista una correlación directa entre el modo de gastar el dinero de los gobiernos y los índices de pobreza de su población.
Es un tema tan relevante, que los organismos internacionales de financiamiento -Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional- han instado a los gobiernos a evaluar los proyectos antes de su ejecución, “para que no se sigan construyendo elefantes blancos, que nos han llevado a la bancarrota”, dice.
Ocurrencias
¿Todos los proyectos que anuncia el gobierno: distribuidores viales, trenes rápidos, supercarreteras… cuentan con estos estudios de evaluación socioeconómica?
Deberían, responde, porque el objetivo es determinar científicamente si conviene o no realizar la inversión.
Estrella Escalante advierte que un error común “entre quienes dizque crean proyectos es confundirlo con cualquier ocurrencia, cuando en realidad debe ser una alternativa innovadora para resolver un problema o satisfacer una demanda”.
“Y cuidado, otro juego muy peligroso promovido por la mercadotecnia es sostener que se puede crear una demanda. Se puede diseñar un producto novedoso para atender una necesidad, pero crear la demanda es vender espejitos”, asegura.
Justificación
“Se habla de la creatividad, pero nadie puede hacer negocio vendiendo arena en el desierto o abrigos esquimales en Mérida. Si no hay suficiente demanda, por mucha creatividad, no se prospera”.
La evaluación es obligatoria, incluso la Secretaría de Hacienda, mediante la Unidad de Inversiones, ha establecido la metodología y uno simplemente no puede obtener recursos si no tiene una calificación positiva, si el proyecto no demuestra que los beneficios justifican con creces los costos.
“Por eso, si a un gobierno se le ocurre construir una plataforma para lanzar cohetes, pues sí, está padre la idea, pero si el proyecto no es rentable nadie lo va a financiar y tendrá que buscar el dinero caro, que es otro de los problemas en que muchos gobiernos estatales y municipales están cayendo. Y esto es real, lamentablemente”.
Entonces, que la obra pública no beneficie a la sociedad sino a quienes la ejecutan ha ocurrido y seguirá ocurriendo, porque “los gobiernos acostumbran saltarse las trancas”.
“El problema es que participan muchos actores en la evaluación de esas ocurrencias”, continúa. “Todos opinan, creen que lo mejor para estudiar un proyecto es un foro… Y este modelo de seudoparticipación ciudadana encierra muchas trampas.
“‘¿Cómo ven, operamos a esta persona, sí o no?’. Quien provee las medicinas, el cirujano, opinará que sí, obviamente, pero a lo mejor el paciente lo único que requiere es descansar porque su problema es el estrés”.
Falta de cultura
Y estas malas prácticas no terminan por falta de cultura no sólo de los gobernantes, sino también de la sociedad. Se hace caso a gente que habla sin saber, que no cuenta con la metodología que le permita dar una opinión razonable. “La presión del gobierno es gastar, gastar, porque eso es el desarrollo. Es una práctica nefasta y la sociedad no dice nada, pero paga las consecuencias”.-
Foro internacional
Vendedores de humo
Muchos dizque creadores de proyectos son en realidad creadores de ocurrencias.
Advertencia
Los “motivadores” que dicen que se puede crear una demanda son lo mismo que los brujos que ten venden una vela roja para atraer la buena suerte.
Demanda
Se habla de que con creatividad se pueden lograr muchas cosas, pero nadie puede hacer negocio vendiendo arena en el desierto.
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