Noticias de Yucatán
Un velo de misterio envuelve el doble homicidio ocurrido anteayer en una vivienda del fraccionamiento Juan Pablo II, en el poniente meridano.
De acuerdo con información recabada en fuentes cercanas a la Fiscalía General del Estado, el presunto asesino, José Ángel Merino Bautista, de 16 años, sufría esquizofrenia y tenía arranques de violencia, lo que al parecer fue el detonante de los homicidios de su madre, María Inés Bautista, y su hermana, Claudia.
La familia de José Ángel la conformaban además otra hermana, Jéssica, de 15 años, y su padre, del mismo nombre del joven, quien trabaja en una de las plataformas de Pemex en Ciudad del Carmen, de donde al parecer son originarios.
Indicios
Durante el doble crimen, José Ángel habría sufrido una cortada en la mano o el antebrazo, ya que en el uniforme escolar que se halló en el predio con manchas de sangre se aprecia una huella en forma descendente. Según los expertos, eso indica que el asesino se limpió la herida en su propia camisa.
También se dice que en el interior de la casa se encontró un altar dedicado a la Santa Muerte. Se trata de dos imágenes, una en color negro y otra blanca con detalles en colores vivos. Además, había flores y veladoras.
Según algunos vecinos de la familia Merino, ésta solía hacer ceremonias en honor a esa imagen para pedir por la salud de José Ángel.
Otro detalle que llama la atención es que, de acuerdo con una vecina, el mismo joven se presentó cerca de las 6:30 de la tarde de anteayer a su casa, acompañado de su novia (llamada América) y le dejó encomendadas las llaves de su vivienda.
José Ángel, según la versión de la testigo, estaba recién bañado, bien vestido y muy perfumado.
“Aquí están las llaves de mi casa, se las encargo, por favor”, le dijo José Ángel Merino a su vecina y se retiró caminando con tranquilidad.
Un velo de misterio envuelve el doble homicidio ocurrido anteayer en una vivienda del fraccionamiento Juan Pablo II, en el poniente meridano.
De acuerdo con información recabada en fuentes cercanas a la Fiscalía General del Estado, el presunto asesino, José Ángel Merino Bautista, de 16 años, sufría esquizofrenia y tenía arranques de violencia, lo que al parecer fue el detonante de los homicidios de su madre, María Inés Bautista, y su hermana, Claudia.
La familia de José Ángel la conformaban además otra hermana, Jéssica, de 15 años, y su padre, del mismo nombre del joven, quien trabaja en una de las plataformas de Pemex en Ciudad del Carmen, de donde al parecer son originarios.
Indicios
Durante el doble crimen, José Ángel habría sufrido una cortada en la mano o el antebrazo, ya que en el uniforme escolar que se halló en el predio con manchas de sangre se aprecia una huella en forma descendente. Según los expertos, eso indica que el asesino se limpió la herida en su propia camisa.
También se dice que en el interior de la casa se encontró un altar dedicado a la Santa Muerte. Se trata de dos imágenes, una en color negro y otra blanca con detalles en colores vivos. Además, había flores y veladoras.
Según algunos vecinos de la familia Merino, ésta solía hacer ceremonias en honor a esa imagen para pedir por la salud de José Ángel.
Otro detalle que llama la atención es que, de acuerdo con una vecina, el mismo joven se presentó cerca de las 6:30 de la tarde de anteayer a su casa, acompañado de su novia (llamada América) y le dejó encomendadas las llaves de su vivienda.
José Ángel, según la versión de la testigo, estaba recién bañado, bien vestido y muy perfumado.
“Aquí están las llaves de mi casa, se las encargo, por favor”, le dijo José Ángel Merino a su vecina y se retiró caminando con tranquilidad.