Tribus aisladas del Amazonas empiezan a hacer contacto

23 enero 2016
Con su reciente salida de la selva, tribus aisladas de Perú y Brasil plantean un desafío a funcionarios de ambos países, quienes deben replantear sus políticas de “no contacto” y prepararse para una posible oleada de “primeros contactos”, toda vez que sigue reduciéndose la selva que alberga a esos grupos indígenas, altamente vulnerables.
“Los pueblos van a salir”, dijo José Carlos Meirelles, veterano que ha dedicado más de 40 años a proteger algunas de las “tribus no contactadas” más misteriosas y casi desconocidas que habitan la apartada y anárquica frontera brasileña con Perú. “Creo que, en los próximos diez años, veremos una serie de primeros contactos”.
Funcionarios peruanos dieron la alarma a fines del mes pasado, al anunciar que habían enviado un equipo de expertos a una aislada región amazónica para establecer “contacto controlado” con un grupo de dos docenas de nómadas indígenas mashco-piro. Desde hacía meses, dichos nativos aparecían con regularidad a orillas de los ríos e incluso incursionaban en asentamientos para robar comida y bienes.
Turistas y lugareños han hecho videos donde aparecen abrazando a los indígenas, dándoles ropa y botellas de refrescos. Sin embargo, algunos encuentros también han sido fatales. En mayo, un grupo tribual mató a un aldeano de 22 años disparándole una flecha al corazón, por razones que aún son inciertas.
Casi invisibles al mundo exterior durante décadas, hace tres años los mashco-piro empezaron a presentarse de pronto, de manera regular, en la parte superior del río Madre de Dios. Aunque suelen desaparecer casi tan rápidamente como llegan, su presencia en los bosques de las inmediaciones está ocasionando tensiones entre las comunidades nativas matsigenka, contactadas por misioneros en la década de 1960 y asentadas más tarde en segmentos apartados del río.
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