Esa integración, apuntaron, debe considerar también a expertos en arquitectura y urbanismo, a las competencias y programas de los diferentes niveles de gobierno, y los planes de desarrollo de los municipios conurbanos y del Estado.
Los funcionarios recordaron que, atendiendo a las instrucciones del alcalde Mauricio Vila Dosal, para lograr que el Plan de Desarrollo Urbano sea un documento rector que privilegie los consensos entre las autoridades y los ciudadanos, ahora se lleva al cabo un amplio proceso de consultas en su elaboración, pues se trata que sea una guía para el ordenamiento de la ciudad cuyo pivote de apoyo son las instituciones intermedias como el Consejo de Desarrollo Urbano y a la propia Fundación Plan Estratégico de Yucatán, entre otras.
Karam Espósitos, advirtió que a diferencia de otras épocas, ahora el desarrollo de la ciudad se planea con una visión de largo plazo, sin que esto signifique una acotación en el tiempo, ya que las ciudades tienen una naturaleza dinámica, que obliga a ajustar los proyectos en cuanto sea necesario. Agregó que la planeación de largo plazo permite lograr consensos respecto de la ciudad en que se quiere vivir.
Otro aspecto de la planeación del desarrollo urbano que hoy marca una diferencia es la participación de todos los actores involucrados y por ello se toma en cuenta una visión metropolitana, pues ya no se programa en el desarrollo sólo de Mérida, sino también de los municipios conurbados, por lo cual se consideran los planes metropolitano y estatal de desarrollo.
Además, se busca que el PDU esté alineado con las políticas correspondientes de todos los protagonistas, tomando en cuenta los programas y competencias de las administraciones estatal y federal que involucran a la ciudad.
Todo, ello, agregó, es un proceso que ha llevado varias etapas, que se iniciaron desde marzo con la elaboración del documento que consta de cuatro capítulos: el diagnóstico, el normativo, el estratégico y el instrumental.
