James Comey se convirtió en el tercer funcionario de alto nivel despedido de la administración del Presidente Donald Trump que se atrevió ir en contra del mandatario o lo estaba investigando por presuntos conflictos de intereses.
La primera fue Sally Yates, la Fiscal General interina, quien a finales de enero ordenó a los fiscales no defender el primer veto migratorio contra viajeros de siete países de mayoría musulmana.
“Yates traicionó al Departamento de Justicia al negarse a hacer cumplir una orden diseñada para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos”, apuntó la Casa Blanca en un comunicado.
Durante su reciente testimonio ante el Senado, el republicano Ted Cruz la cuestionó sobre su desobediencia y ella se defendió:
CRUZ: En los más de 200 años de la historia del Departamento de Justicia, ¿tiene conocimiento de cualquier caso en que el Departamento de Justicia haya aprobado formalmente la legalidad de una política y tres días más tarde el Fiscal General ordenara al Departamento desafiar esa política?
YATES: No lo estoy, pero tampoco conozco algún caso en el que se haya aconsejado a la Oficina de Asesores Jurídicos no informar al Fiscal General hasta que se terminara (esa orden).
El Fiscal Federal del Distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, fue destituido a principios de marzo por el gobierno del Presidente Trump, tras haberse resistido a presentar la dimisión, tal y como le había ordenado el Ejecutivo.
“No dimití. Hace unos momentos fui despedido”, anunció el propio Bharara a través de su cuenta personal en Twitter.
Bharara fue uno de los 46 fiscales federales nombrados por el anterior Gobierno a los que el Departamento de Justicia pidió su dimisión.
Luego se reveló que el Presidente envió a uno de sus asistentes a la oficina de Bharara, para indicarle que el mandatario quería hablar con él, pero el entonces Fiscal se negó, argumentando la importancia de mantener la distancia entre el poder Judicial y Ejecutivo.
El despido de James Comey es uno de los más polémicos, ya que dirigía una investigación sobre la relación del equipo del Presidente Donald Trump y su relación con el Gobierno de Rusia.
Sobre los motivos que aceleraron su despido, la Casa Blanca asegura que “desde que fue electo”, el mandatario había pensado en quitar a Comey del Buró Federal de Investigaciones.
Sin embargo, el ex director del FBI se reunió la semana pasada con Rod J. Rosenstein, procurador general adjunto para solicitar mayor presupuesto para las indagatorias que podrían implicar al presidente.
“(Rosenstein) escribió el memorándum del Departamento de Justicia que se utilizó para justificar el despido del director del FBI esta semana“, indicó The New York Times.
Fuente: La Opinión
La primera fue Sally Yates, la Fiscal General interina, quien a finales de enero ordenó a los fiscales no defender el primer veto migratorio contra viajeros de siete países de mayoría musulmana.
“Yates traicionó al Departamento de Justicia al negarse a hacer cumplir una orden diseñada para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos”, apuntó la Casa Blanca en un comunicado.
Durante su reciente testimonio ante el Senado, el republicano Ted Cruz la cuestionó sobre su desobediencia y ella se defendió:
CRUZ: En los más de 200 años de la historia del Departamento de Justicia, ¿tiene conocimiento de cualquier caso en que el Departamento de Justicia haya aprobado formalmente la legalidad de una política y tres días más tarde el Fiscal General ordenara al Departamento desafiar esa política?
YATES: No lo estoy, pero tampoco conozco algún caso en el que se haya aconsejado a la Oficina de Asesores Jurídicos no informar al Fiscal General hasta que se terminara (esa orden).
El Fiscal Federal del Distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, fue destituido a principios de marzo por el gobierno del Presidente Trump, tras haberse resistido a presentar la dimisión, tal y como le había ordenado el Ejecutivo.
“No dimití. Hace unos momentos fui despedido”, anunció el propio Bharara a través de su cuenta personal en Twitter.
Bharara fue uno de los 46 fiscales federales nombrados por el anterior Gobierno a los que el Departamento de Justicia pidió su dimisión.
Luego se reveló que el Presidente envió a uno de sus asistentes a la oficina de Bharara, para indicarle que el mandatario quería hablar con él, pero el entonces Fiscal se negó, argumentando la importancia de mantener la distancia entre el poder Judicial y Ejecutivo.
El despido de James Comey es uno de los más polémicos, ya que dirigía una investigación sobre la relación del equipo del Presidente Donald Trump y su relación con el Gobierno de Rusia.
Sobre los motivos que aceleraron su despido, la Casa Blanca asegura que “desde que fue electo”, el mandatario había pensado en quitar a Comey del Buró Federal de Investigaciones.
Sin embargo, el ex director del FBI se reunió la semana pasada con Rod J. Rosenstein, procurador general adjunto para solicitar mayor presupuesto para las indagatorias que podrían implicar al presidente.
“(Rosenstein) escribió el memorándum del Departamento de Justicia que se utilizó para justificar el despido del director del FBI esta semana“, indicó The New York Times.
Fuente: La Opinión