Estatura del yucateco no es cuestión genética: Cinvestav

27 julio 2017
Noticias de Yucatán 
La desnutrición en Yucatán es una problemática que ha tenido diversas consecuencias en el desarrollo de la población, sobre todo en los niños. Bajo este contexto, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Mérida ha puesto en marcha una campaña para informar y prevenir a la sociedad respecto al tema.

El departamento de Ecología Humana de dicha institución, con el apoyo de la cooperativa Ma’alob Kuxtal y la fundación Kellog, realizaron un estudio en el municipio de Yaxcabá con el objetivo de prevenir la desnutrición en niños menores de dos años. 

La investigación arrojó que a pesar de que los niños hayan nacido con peso y talla normal, su ingesta alimentaria, la cual es a menudo menor que la recomendada por lo médicos, ha causado que el peso para la edad se recupere, pero no la talla que vaya de acuerdo a su edad, según explicó el doctor Heriberto Cuanalo de la Cerda, coordinador del proyecto. 

La genética no influye

La concepción respecto a la estatura del yucateco fue puesta en evidencia en meses anteriores como parte de la investigación por medio de una red social, y la reacción generalizada fue que la talla en Yucatán se debe a factores genéticos, lo cual es erróneo, indicó la nutrióloga Samantha Sánchez.

“Estudios nacionales y locales, han demostrado que los residentes de la península de Yucatán tienen tallas bajas en comparación del resto del país”, reveló la profesional de la salud. Sin embargo, esto se debe a la alimentación, pues los niños yucatecos que migran a Estados Unidos, presentan tallas considerablemente mayores a los locales.

Consecuencias de desnutrición

Este déficit en la alimentación infantil, ha ocasionado un incremento en las enfermedades, pues limita el crecimiento de los órganos corporales, incluyendo huesos, músculos y cerebro; de igual forma, debilita el sistema inmunológico, retrasa el aprendizaje e incrementa la tendencia a la obesidad en la edad adulta, con las consecuencias subsecuentes como la hipertensión, diabetes y circulación sanguínea. 

“Prevenir es curar”, sentenció el doctor Cuanalo, y explicó que los principales malestares a prevenir en los infantes son las enfermedades respiratorias, que se atribuyen a cambios bruscos en la temperatura, y las afecciones estomacales, las cuales se transmiten a través del agua y los alimentos.

Los investigadores enfatizaron en la importancia de fortalecer el sistema inmunológico de los infantes mediante cuidados y una alimentación saludable y variada, propiciando así una mejor calidad de vida, disminución de costos, menos sufrimiento y tiempo en salud, tanto familiar como pública.
Fuente: La Jornada Maya
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