La desnutrición en Yucatán es una problemática que ha tenido diversas consecuencias en el desarrollo de la población, sobre todo en los niños. Bajo este contexto, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Mérida ha puesto en marcha una campaña para informar y prevenir a la sociedad respecto al tema.
El departamento de Ecología Humana de dicha institución, con el apoyo de la cooperativa Ma’alob Kuxtal y la fundación Kellog, realizaron un estudio en el municipio de Yaxcabá con el objetivo de prevenir la desnutrición en niños menores de dos años.
La investigación arrojó que a pesar de que los niños hayan nacido con peso y talla normal, su ingesta alimentaria, la cual es a menudo menor que la recomendada por lo médicos, ha causado que el peso para la edad se recupere, pero no la talla que vaya de acuerdo a su edad, según explicó el doctor Heriberto Cuanalo de la Cerda, coordinador del proyecto.
La genética no influye
La concepción respecto a la estatura del yucateco fue puesta en evidencia en meses anteriores como parte de la investigación por medio de una red social, y la reacción generalizada fue que la talla en Yucatán se debe a factores genéticos, lo cual es erróneo, indicó la nutrióloga Samantha Sánchez.
“Estudios nacionales y locales, han demostrado que los residentes de la península de Yucatán tienen tallas bajas en comparación del resto del país”, reveló la profesional de la salud. Sin embargo, esto se debe a la alimentación, pues los niños yucatecos que migran a Estados Unidos, presentan tallas considerablemente mayores a los locales.
Consecuencias de desnutrición
Este déficit en la alimentación infantil, ha ocasionado un incremento en las enfermedades, pues limita el crecimiento de los órganos corporales, incluyendo huesos, músculos y cerebro; de igual forma, debilita el sistema inmunológico, retrasa el aprendizaje e incrementa la tendencia a la obesidad en la edad adulta, con las consecuencias subsecuentes como la hipertensión, diabetes y circulación sanguínea.
“Prevenir es curar”, sentenció el doctor Cuanalo, y explicó que los principales malestares a prevenir en los infantes son las enfermedades respiratorias, que se atribuyen a cambios bruscos en la temperatura, y las afecciones estomacales, las cuales se transmiten a través del agua y los alimentos.
Los investigadores enfatizaron en la importancia de fortalecer el sistema inmunológico de los infantes mediante cuidados y una alimentación saludable y variada, propiciando así una mejor calidad de vida, disminución de costos, menos sufrimiento y tiempo en salud, tanto familiar como pública.
Fuente: La Jornada Maya