Familiares, amigos, compañeros de trabajo y de los medios de comunicación,
además de algunos dirigentes deportivos, estuvieron juntos para darle un último
adiós a Russell Gutiérrez Canto,en la misa de réquiem,
celebrada en la Parroquia de Cristo Resucitado del Fraccionamiento Montecristo.
A lo largo de su vida, Russell se dedicó a sumar amigos, como decía en las
pausas durante sus transmisiones en la cabina del Parque Kukulcán Álamo, a los
compañeros de los distintos medios de comunicación.
Anoche esa amistad quedó de manifiesto acompañándolo a su última
morada, un nicho en está parroquia donde fueron colocadas sus cenizas en una
urna.
De hecho, desde antes de la misa gran cantidad de personas se acercaron a
ofrecer sus condolencias a sus padres, Russell Augusto Gutiérrez Vales y María
del Carmen Canto de Gutiérrez, así como a su familia, su esposa Yuriana Pérez
Flores e hijo del mismo nombre.
Durante la misa, oficiada por Monseñor Joaquín Vázquez, destacó la pasión
con la que Russell disfrutaba su trabajo y subrayó que no hay que estar tristes,
sino felices y que le da gracias al Señor porque hace unos meses pudo hacer
una gran confesión, y recibir la unción de los enfermos a Cristo.
"Cuando lo vi el sábado en la clínica, al entrar lo vi llorar, pero luego de rezar lo vi
erguido . Ahí los dos lloramos, pero de alegría, pues el buen pastor tocó su
corazón", comentó Monseñor.
"Hoy estamos aquí para darte gracias a Dios por todo esto", añadió.
También manifestó que Russell era un apasionado, una enciclopedia del deporte
especialmente en béisbol, el deporte de sus amores.
"Hoy que es lo que tenemos que reflexionar. Los invito a que los valores de hoy
los llevemos de manera cristiana", agregó Monseñor Vázquez.
Al concluir la ceremonia eucarística, los presentes que casi abarrotaron la iglesia,
de manera espontánea tributaron cálido aplauso, mientras sus padres y familiares se dirigían a depositar sus
cenizas.