No hubo justicia para ninguno de los dos, dice familia de mexicano ejecutado en Texas

11 noviembre 2017
Noticias de Yucatán

El llanto de Enriqueta Rosales, doña Cleta, abuela de Rubén Cárdenas Ramírez , se escuchó hasta la calle apenas supo que se había consumado la ejecución de su nieto en una prisión de Texas. “¡Cómo no me va a doler, es mi sangre, es mi nieto!”, respondía a las muestras de consuelo.
Juan Ramírez, el mayor de los nueve hijos de doña Cleta, dijo que no hubo justicia para ninguno porque nunca se aclaró si —Rubén— realmente había sido el culpable. Consideró que el gobierno mexicano no asumió una defensa fuerte, “lo dejaron ahí y hasta que supieron la pena de muerte volvieron a trabajarlo”.
Añadió que a la familia le duele el fallecimiento de Rubén, quien estuvo preso durante 20 años y hasta su muerte en Estados Unidos, acusado del homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna Ramírez. “Él siempre dijo que no la había matado; la verdad no se podrá saber porque no le permitieron defenderse”, agregó.
En su vivienda de la colonia Las Delicias, ubicada a espaldas de la casa de doña Cleta, Juan comenta que la tragedia ocurrida en 1997 con el fallecimiento de Mayra dividió a la familia, porque algunos hermanos se hicieron más del lado de Felisa; ahora se vivió una segunda tragedia, y el deterioro de la salud de la abuela, a partir de que se notificó que Rubén sería llevado a la cámara de la muerte.

El irapuatense recibió la inyección letal el pasado 8 noviembre. A las 22:26 horas se declaró su muerte. El Universal
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