Galardonan con premio nacional a investigadora del CICY

20 diciembre 2017
Noticias de Yucatán 
La docente e investigadora Clelia de la Peña Seaman, integrante de la Unidad de Biotecnología del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), se hizo merecedora al premio Marcos Moshinsky 2017, otorgado por la UNAM, por sus aportaciones al desarrollo y mejoramiento genético de la plantas.

De la Peña Seaman, quien trabaja en el desarrollo genético de plantas del agave desarrolladas en laboratorio, ha publicado importantes documentos científicos sobre nuevos procesos de desarrollo y mejoramiento de esta especie y puntualizó que el cambio climático podría verse reducido si es posible desarrollar nuevos procesos de mejora en las especies de plantas.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) desde 2010, de la Peña Seaman tiene un posdoctorado en la Universidad de Colorado y otro más en Epigenética en el CICY.

De la Peña Seaman se llevó el Premio Marcos Moshinsky 2017, en la categoría Ciencias Químico-Biológicas, por su destacada trayectoria científica y la originalidad de su proyecto científico, específicamente en agave albino.

Este reconocimiento, otorgado por la Fundación Marcos Moshinsky de la UNAM se entrega anualmente en tres categorías: Ciencias Físicas, Matemáticas y Ciencias Químico-Biológicas a los investigadores de entre 35 a 45 años de edad que tengan una trayectoria muy sobresaliente y que presenten un proyecto de investigación destacado y original.
“El fin del premio es apoyar a los investigadores jóvenes para que desarrollen un proyecto nuevo y darles un impulso en sus carreras científicas. De hecho, este año por primera vez el premio en la categoría Ciencias Químico-Biológicas fue ganado por tres mujeres”, comentó la galardonada.

Sobre este tema, la científica dio a conocer que este proyecto surgió de la inquietud de conocer qué genes pudiesen estar permitiendo que las plantas de agave sean completamente blancas (albinas), con el fin de utilizarlos en aplicaciones biotecnológicas.

“Sabiendo cuáles son los genes expresados (encendidos) en la planta blanca y reprimidos (apagados) en la planta verde, se podrán establecer los mecanismos para el mejoramiento de la regulación en la síntesis de clorofila y tener plantas mucho más adaptadas y eficientes en condiciones climáticas extremas”, acotó la investigadora.

La doctora Clelia De la Peña Seaman detalló que esta variedad somaclonal —planta genéticamente clonada en el laboratorio pero con características fenotípicas distintintas a la planta madre— es heterotrófica (es decir, que necesita de una fuente de carbono externa para poder sobrevivir), mientras que el agave convencional (verde) es autotrófico fotosintético (sólo necesita CO2, sol y agua para generar su propio alimento).

Asimismo, expuso que la variedad de agave albina tiene potencial como planta ornamental y es un modelo extraordinario para hacer preguntas biológicas, tales como: ¿cómo se forman y desarrollan los cloroplastos?, ¿por qué puede crecer sin clorofila?, ¿cómo puede fotosintetizar?, es decir, abre una puerta con una infinidad de preguntas biotecnológicas.

Por último, explicó que este sistema de plantas albinas de agave es único en el mundo y al final del estudio se pretende tener las bases teóricas para conocer más sobre los fundamentos moleculares detrás del albinismo e implementar estrategias para el mejoramiento genético de las plantas.
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