Noticias de Yucatán
(Infobae/SinEmbargo).- ¿A qué velocidad avanza el cambio
climático? ¿Cuándo producirá efectos devastadores sobre la Tierra? Si bien el
calentamiento global del último siglo está científicamente comprobado, los
pronósticos más agoreros y catastróficos parecen haberse acelerado.
Algunos de ellos indicaban que la capa de hielo del
Ártico se derretiría totalmente entre 2014 y 2016. Hay quienes, incluso, le
endilgan al ex vicepresidente de los Estados Unidos y promotor del cuidado del
medio ambiente, Al Gore, haber realizado aquel pronóstico fallido.
En realidad, en 2007, Gore había hecho referencia,
durante una de sus presentaciones públicas, a dos estudios científicos: uno de
ellos, de la National Oceanic and Atmospheric Association (NOAA), afirmaba que
el hielo del Ártico podría derretirse totalmente en 22 años, es decir, para el
2029. Otro, de un grupo de trabajo de la Marina de los Estados Unidos liderado
por el profesor Wieslaw Maslowski y citado por la BBC, sostenía que esa
catástrofe podía ocurrir “dentro de cinco o seis años”.
En 2009, en la Conferencia de Cambio Climático de
Copenhague, Gore se volvió a referir a “nuevos datos” del equipo de Maslowski
que sugerían que hay “un 75 por ciento de posibilidades que la capa de hielo
del Polo Norte desaparezca totalmente durante los meses de verano dentro de
cinco o siete años”.
Pero llegó 2016 y en septiembre, cuando la capa de hielo
alcanza su punto más delgado (y según los pronósticos más radicales debería
derretirse totalmente), se mantuvo en 4 mil 14 millones de kilómetros
cuadrados, un 21 por ciento más gruesa que su punto más bajo, que se había
alcanzado en 2012. Los detractores del cambio climático salieron rápidamente a
mofarse de Gore y de los científicos como Maslowski y Peter Wadhams, quien
había pronosticado meses antes un septiembre sin hielo en el Ártico.
Extensión de la plancha de hielo ártico. La línea gris
muestra la mediana entre 1981 y 2010. Las líneas de colores reflejan la
extensión de los años 2012 a 2017, algunas más altas, otras más bajas, pero
todas por debajo de los 30 años anteriores (NSIDC)
Gore también había sugerido que para esta década también comenzaríamos a ver ciudades costeras de los Estados Unidos y Europa bajo el agua, algo que tampoco sucedió.
Gore también había sugerido que para esta década también comenzaríamos a ver ciudades costeras de los Estados Unidos y Europa bajo el agua, algo que tampoco sucedió.
“Ha habido algún científico prominente que regularmente
ha hecho pronósticos más dramáticos e incorrectos, predicciones que sugerían
que ahora estaríamos ya en una era sin hielo”, dijo Ed Hawking, del
departamento de meteorología de la Universidad de Reading al diario británico
Telegraph. “Hay riesgos muy serios por el cambio climático y el derretimiento del
Ártico, pero no servimos al público ni a los políticos exagerando esos
riesgos”.
Hawking cree que el proceso no será “como una bola
cayendo de una montaña”, sino, más bien, algo “errático”. Pero “sin una
sustancial reducción de la emisión de gases, la pelota alcanzará la base de la
montaña y veremos un Ártico sin hielo”.
Más allá de las pequeñas variaciones anuales, para arriba o para abajo, de lo que no hay duda es de la clara tendencia declinante de los últimos 35 años.
Más allá de las pequeñas variaciones anuales, para arriba o para abajo, de lo que no hay duda es de la clara tendencia declinante de los últimos 35 años.
Después del aumento de 2016, este año la capa de hielo de
septiembre volvió a ser más delgada, ubicándose como la octava más baja de los
últimos 38 años, desde que se toman las medidas satelitales. Pero otro dato fue
el más alarmante de 2017: la capa de hielo fue la más delgada de cualquier
invierno desde que se tengan registros.
“No va a ser una escalera que baja cada año hasta llegar
a cero, pero la cantidad de hielo del Ártico continuará decreciendo, no hay
dudas de eso”, expresó Ted Scambos, del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo
de los Estados Unidos (NSIDC). “Desde el espacio, la pérdida del hielo ártico
es el signo más claro del cambio climático, y el ser humano es el mayor
responsable de ello”.
La pérdida del hielo del Ártico es un asunto mayor porque
el hielo refleja el 70 por ciento de la luz solar, mientras el agua refleja
apenas el 10 por ciento, lo que significa que el resto es absorbido por el
planeta, aumentando el calentamiento global.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC,
por su siglas en inglés) calcula que hay un 66 por ciento de posibilidades de
que el hielo del Ártico se derrita completamente para mediados de este siglo.