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México.- Los cárteles mexicanos gozan de un entorno propicio, en sus lugares de origen, para adquirir la suficiente influencia política, social y económica que les permita proyectarse como redes transnacionales y establecer “franquicias” por todo el mundo, de acuerdo con el Observatorio de Redes Criminales y Tráficos Ilícitos del Real Instituto Elcano.
“Han llegado así a construir un sistema social que les ha permitido contar con la complicidad del mundo legal tanto en los lugares de origen como en los diferentes países de distribución”, puntualizó.
Sostuvo que pese a los esfuerzos realizados en América Latina y Europa para perseguir estas estructuras delincuenciales, al igual que a las Bandas Criminales Organizadas Colombianas (Bacrim) no ha sido posible impedir su vinculación con la economía mundial y aumentar sus ganancias.
“Para ello, mediante la permanente innovación y el aprendizaje rápido han configurado redes a través de estructuras flexibles mediante las cuales han diversificado sus actividades”.
“El mundo social de relaciones desarrollado en torno al crimen organizado vuelve a romper categorías monolíticas o cerradas y, además, es un elemento definitorio trascendental”.
Agregó que en los casos de los cárteles mexicanos y las Bacrim mediante la cooperación se conforma un sistema social y un mundo de relaciones entre políticos, empresarios y miembros de las fuerzas de seguridad y del mundo judicial, que acaba tejiendo una red de redes.
“De la diversidad, cantidad y calidad de esta red dependerá el alcance y la dimensión de los negocios criminales. Es un error pensar que el mundo ilegal vive al margen del legal. Muy al contrario, necesita de su complicidad a través de la corrupción. Esta es condición indispensable para el crimen organizado ya que le proporciona la complicidad y la protección del sector privado y público, haciendo posible su fortalecimiento y expansión”, resaltó.
Indicó que todos estos elementos que se han combinado para fortalecer las redes criminales y hacer posible su expansión global se encuentran presentes en la organización de las redes transnacionales latinoamericanas.
De esta forma, señaló, el cártel de Sinaloa se ha convertido en una multinacional con presencia en todo mundo. “A través de múltiples alianzas con grupos o individuos no sólo tiene presencia en toda América Latina y Europa sino incluso en China”.
Manifestó que la construcción de estas redes ha sido un instrumento esencial para llegar a los mercados europeos.
“Con este objeto, el cártel de Sinaloa, para incorporarse al mercado de cocaína, ha recurrido al apoyo de los colombianos. La cooperación no solo se da entre redes latinoamericanas, sino también entre éstas y la mafia italiana o con estructuras criminales de los Balcanes. Alianzas que, en cualquier caso, no se circunscriben únicamente al mercado de la cocaína, pues no hay que olvidar que dichas estructuras realizan diferentes actividades criminales”.