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La elección de alimentos por parte de la sociedad está vinculado al estatus económico y cultural, afirmó el especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gilberto Giménez.
Durante la conferencia “Inculcación de hábitos e inducción de adicciones: una amalgama poderosa en la estrategia de marketing alimentario industrial”, el especialista comentó que el gusto de los seres humanos no es innato y por el contrario, se adquiere a lo largo de los años de acuerdo al contexto de cada persona.
Destacó que no siempre el ser humano elige de manera libre, y menos cuando carece de recursos económicos. Se condiciona a elegir alimentos menos costosos, pero más dañinos a la salud.
A medida que asciende la jerarquía social bajan los consumos alimenticios, decrece la proporción del consumo de alimentos pesados y grasos que hacen engordar y que también son más baratos, y aumenta la proporción de alimentos sin grasas, ligeros y fáciles de digerir”, explicó.
Entre los alimentos dañinos, están los productos grasos y ultra industrializados inducidos por la combinación estratégica entre marketing alimentario y publicidad, los cuales, generan la inducción de adicciones.
Esto nos impone masivamente dietas basadas en alimentos industrialmente ultra procesados, que provocan enfermedades endémicas y generando gravísimos problemas de salud pública”.
No nacimos comiendo fast food, nuestros gustos primarios en el mundo de la infancia y maternal no ha sido eso”, expresó el científico social.
Lamentó que desde los años ochenta, México imite la alimentación de países como Estados Unidos. De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el vecino del norte es la nación que más productos industrializados consume, y en segundo lugar se encuentra México.
Desde la academia y los centros de investigación lo que quisiéramos es transformar total o parcialmente las reglas del juego del campo de producción. Explorar la posibilidad de hacer una revolución simbólica de dentro de este campo fundado solamente en la ciencia”.
Gilberto Giménez expuso que el marketing alimentario más la inducción de adicciones se han convertido en un arma poderosa y mortífera. Implica la combinación entre violencia simbólica, biológica y fisiológica, “y esto implica que en México la diabetes cobre la vida de 80 mil personas al año”.
En su conferencia realizada en el auditorio principal del ISS de la UNAM, enfatizó que la estrategia no es confrontar a las corporaciones transnacionales productoras de alimentos ultra-transformados, sino de “convertirlos en aliados para tratar de disminuir la oferta y demanda (de los productos)”, finalizó. Notimex