Se trata de la foto de un agujero negro,
la cual confirma la teoría de Albert Einstein de la relatividad, y que hoy
conocemos gracias a Katie Bouman, recién graduada del Instituto Tecnológico de
Massachussets.
Antes que Bouman, diversos científicos tuvieron
acercamientos a la teoría de Einstein, entre ellos Karl Schwarzschild, el
primero en hallar una solución de las ecuaciones de Einstein en las que
describe un agujero negro; John Wheeler, quien los popularizó y les dio el
nombre más acertado de la historia de la física y Stephen Hawking, que
describió sus propiedades y nos dejó un paradoja al intentar conjugar los
agujeros negros con la física cuántica.
Katie Bouman, de 29 años, es la investigadora que lideró la
creación de un algoritmo que permitió a los científicos capturar imágenes de un
agujero negro por primera vez.
Bouman era una estudiante graduada en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts cuando se le ocurrió la fórmula. El equipo, que se
esforzó durante varios años para tomar una fotografía de un agujero negro, se
llama Event Horizon Telescope Collaboration.
El MIT (alma mater de Bouman) se ha asegurado de
darle mucho crédito por el descubrimiento del nuevo algoritmo. El Laboratorio
de Inteligencia Artificial e Informática del MIT compartió en redes sociales la
fotografía más especial para la joven científica: el momento exacto en que pudo
ver la primera imagen del agujero negro.
El MIT también compartió una imagen de Bouman junto a “montones
de discos duros con datos de imágenes de agujeros negros”, comparando este
hecho con la investigación que permitió a los astronautas aterrizar en la luna.
Para ello, colocaron una imagen de Margaret Hamilton junto a
la joven científica. A Hamilton, que también era del MIT, se le atribuye la
escritura del código de software crucial que permitía a la NASA hacer posible
una misión a la Luna.
CONVERTIR EL PLANETA EN UN GRAN RADIOTELESCOPIO, LA MISIÓN
DE KATIE BOUMAN
“Las longitudes de onda de la radio tienen muchas ventajas”,
dice Katie Bouman en una nota publicada por el MIT en 2016. “Al igual
que las frecuencias de radio atraviesan las paredes, atraviesan el polvo
galáctico. Nunca podríamos ver el centro de nuestra galaxia en longitudes de
onda visibles porque hay demasiadas cosas entre ellas”.
“Un agujero negro está muy, muy lejos y es muy compacto”,
dice Bouman. “Fotografiar una imagen del agujero negro en el centro de la Vía
Láctea es equivalente a tomar una imagen de una toronja en la luna, pero con un
radiotelescopio. Imaginar algo tan pequeño significa que necesitaríamos un
telescopio con un diámetro de 10,000 kilómetros, lo cual no es práctico, porque
el diámetro de la Tierra no es ni siquiera de 13,000 kilómetros”.
La solución que Katie tomó en el proyecto Event
Horizon Telescope fue coordinar las mediciones realizadas por
radiotelescopios en lugares muy divergentes. El algoritmo unió los datos
recopilados y completó los grandes huecos dejados por los datos.
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