Sonora. En su carrera, una ingeniería, aún predominaban los hombres. Pero mientras estudiaba, el acoso no vino por parte de sus compañeros, sino de un profesor que aprovechaba su jerarquía para hacerle insinuaciones en clase, en una institución pública.
"Sofía" recién cursaba los primeros semestres y no sabía si existían otros casos como el suyo. Se animó a denunciar al maestro ante una primera instancia, y luego otra. La única diferencia que vio fue que al siguiente ciclo el profesor había ganado más horas de clases. Ya no supo qué hacer y sólo se concentró en ignorar lo que pasaba.
No fue la primera en desistir de seguir adelante con una denuncia; su escuela tampoco es la única que guarda silencio ante un caso de acoso, sea por desinterés o porque se desconoce cómo proceder en esas situaciones.
Como ocurre en la mayoría de las instituciones mexicanas de educación superior, casi todas las universidades de la entidad carecen de un protocolo de atención en violencia de género, acoso u hostigamiento sexual. Sólo El Colegio de Sonora ha presentado formalmente un modelo propio.
SÓLO COMISIÓN ESTUDIANTIL
En la
Unison existe un Programa Institucional por la Equidad de Género y, desde 2017,
una Comisión Estudiantil de Género, Diversidad e Inclusión Social. Pero aún no
hay un protocolo que indique cómo atender una denuncia de acoso.
Gabriela
Herrera, es estudiante de Derecho y presidenta de la citada comisión
estudiantil,dice que aunque se sabe de casos en prácticamente todas las
escuelas de la Unisonhostigadas por sus profesores, son pocas las que inician
un procedimiento.
Explica que
en especial el acoso sexual es invisibilizado a pesar de que las conductas sean
muy claras: Palabras, amenazas con calificaciones, citas en la oficina del
docente a altas horas de la noche, tocamientos y hasta solicitud a las alumnas
de que usen vestido o falda para exponer.
Todo ello
se da no sólo en el salón de clases o en los pasillos, agrega, pues también se
han registrado casos de profesores que utilizan Facebook o WhatsApp para acosar
a las alumnas
A finales
de agosto de 2017 se colgó en distintos edificios de la Unison el ‘tendedero
del acoso’. Era un espacio para que, especialmente las alumnas, escribieran
frases o situaciones incómodas que habían vivido como estudiantes.
La
iniciativa fue de Nosotras Colectiva, para apoyar a dos estudiantes de Sociología
que habían denunciado acoso por parte de un profesor de esa carrera. Colgaron
el tendedero un día en la escuela de Derecho, otro en Ciencias de la
Comunicación, y así durante una semana. La respuesta fue inmediata.
"Me
gusta tener a mis alumnas en Facebook para verlas en bikini", "¿De
qué te sirve estudiar? ¡Ponte una mini falda!", "Me acosó todo el
semestre y al final me puso 100, calificación que me correspondía. Cree que le
debo algo".
A los pocos
días de haber sido escritas, estas frases ya eran replicadas por medios
nacionales que consignaron la noticia del tendedero.
Lucía
Melgar, académica del Instituto Tecnológico Autónomo de México, señala que las
universidades, aunque tarde, comienzan a reconocer el acoso sexual como un
problema; la propia UNAM, añade, demoró unos siete años en hacer realidad un
protocolo para atender estos casos.
En una
conferencia ofrecida recientemente en El Colegio de Sonora, la investigadora en
temas de género expuso que si bien un documento no es la solución completa, sí
representa un avance hacia una postura de cero tolerancia que asume la
institución.
Para Melgar
Palacios, que se tolere el acoso en una universidad significa contribuir a que
prevalezca la desigualdad de género: "Enrarece el ambiente universitario y
puede favorecer prácticas más violencias, porque más allá del acoso puede
llegarse a la violación, feminicidio o crímenes de odio", advierte.
De las
instituciones de educación superior en Sonora, sólo el Colson ha hecho público
su protocolo para casos de acoso sexual. Fue aprobado el 18 de abril de 2018.
En julio de
ese mismo año, el ISM oficializó el "Modelo de protocolo de prevención y
atención del hostigamiento sexual y acosoen las instituciones de educación
media superior y superior. para el estado de Sonora".
La titular
de ese organismo, Blanca Saldaña López, comenta que el documento ya se ha
presentado en algunas universidades del Estado, y en varias de estas hay
interés por retomarlo.
"Hay
mucha recepción, por ejemplo, a finales de mes vamos a regresar a Nogales,
porque tomaron directivos la plática pero ahora quieren que lo llevemos con los
alumnos y al personal docente", refiere.
La Universidad
Estatal de Sonora es una de las instituciones que basan su mecanismo para casos
de acoso en el propuesto por el ISM. En el caso del Instituto Tecnológico de
Hermosillo, dependiente del Tecnológico Nacional de México, no se pudo
confirmar si se cuenta con un protocolo.
AVANZA MÁS
Uno de los
centros educativos de la entidad que más ha avanzado en el tema es la
Universidad de Sonora, que desde hace dos años prepara un protocolo propio.
La
coordinadora del Programa de Género de esa institución, Cecilia Navarro
Gautrin, adelanta que pudiera ser en este semestre cuando se oficialice el
protocolo, pero eso depende de la aprobación de los órganos colegiados
internos.
Mientras
tanto, explica, los casos que llegan se atienden por instancias como el abogado
general o la Comisión de Derechos Universitarios, y añade: "Lo que se está
buscando es que sea una instancia donde puedan acudir las personas si se
enfrentan a esta situación, que ahí se atiendan y se les dé seguimiento".
Gabriela
Herrera, de la Comisión Estudiantil de Género de la Unison, considera que el
contar con el protocolo será un avance, pero no la solución completa si no se
trabaja primero en la credibilidad de la institución.
Puntualiza: "Se tiene que capacitar bajo ese protocolo y trabajar en cambiar estos estereotipos de género, los roles de género que tanto afectan y nos hacen desiguales".
El imparcial.