CIUDAD DE MÉXICO.-Una sala, 10 adornos florales, 2 globos, fotografías, más de 80 personas... Nada era suficiente para despedirlo.
La pérdida de Luis Enrique para su familia y amigos arrancó lágrimas, apagó sonrisas y hasta las ganas de vivir para su madre.
Se fue mi niño y yo me quiero ir con él", se le escuchó decir a Rosa Angélica al abrazar a su familia, cuando llegó a acompañarla en el funeral de su hijo mayor, que falleció el sábado en el accidente en el juego La Quimera, de la Feria de Chapultepec; el velorio se celebró en la Colonia Juárez.
Sobre el féretro, la familia colocó una imagen de Enrique de pequeño con las manos juntas, como en oración y a sus pies otra fotografía del joven, de 24 años, de traje y cuerpo completo, tomada en su graduación.
"Cómo dijo el papá de Flinn Loco: 'No sé como alguien tan simple como yo, pueda tener un hijo tan maravilloso como tú'", se leía en un cuadernillo colocado debajo de la fotografía.
Luis Enrique recién había concluido la licenciatura de Relaciones Comerciales.
El joven estudió en la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), Unidad de Santo Tomás, del Instituto Politécnico Nacional.
La institución lamentó el fallecimiento a través de una esquela difundida en redes sociales.
El joven era jugador del equipo de beisbol de la ESCA y disfrutaba de los juegos mecánicos, la música electrónica y las playas mexicanas.
Mientras que en una funeraria en la Colonia Observatorio, en Álvaro Obregón, las imágenes eran similares.
Familiares y amigos de Antonio velaban el cuerpo del hombre de 32 años, que también falleció en La Quimera.
Sus padres y esposa le dieron el último adiós en un velorio a puerta cerrada.