Hace unas semanas, un esqueleto de mamut apareció en las excavaciones para la Torre de Control del Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, mientras que otro fue hallado en lo que serán las pistas.
Y, aunque los arqueólogos del INAH prevén que aparezcan más, ya que la obra se realiza en terrenos que, al igual que Texcoco, fueron un lago y zona de desplazamiento de mamuts hace 15 mil años, los hallazgos no han frenado los trabajos de la nueva terminal.
El director de Salvamento del INAH, Salvador Pulido, afirmó que los descubrimientos no han reunido los requisitos para detener la obra, como que los bienes sean monumentales, únicos y de importancia dentro de un contexto de conocimiento arqueológico y con posibilidades de conservación.
Agregó que la fauna del pleistoceno es muy común en la Zona de Santa Lucía, ya que fue parte de Xaltocan, uno de los cincos lagos que antes de la Conquista había en el Valle de México junto con el de Xochimilco, Chalco, Zumpango y Texcoco, donde se había proyectado inicialmente construir el aeropuerto.
El agua y la fauna habrían atraído a los mamuts.
El INAH realizó una visita preliminar el 9 de abril, y el 3 de mayo dio el visto bueno para la construcción del aeropuerto.
El 23 de junio emitió un dictamen favorable para la obra y el 3 de agosto firmó con la Sedena, a cargo del nuevo aeropuerto, un convenio para extraer, clasificar, resguardar y documentar los hallazgos, como la base de una aldea que primero pensaron teotihuacana pero que quizá sea azteca.
Pulido explicó que al inicio de las obras comenzó a trabajar ahí un equipo de siete arqueólogos, pero que por la premura del Presidente para inaugurarla en marzo de 2022 se duplicó el equipo y ahora están trabajando en el salvamento entre 13 y 15 arqueólogos.