CDMX. Un hombre de 46 años, con su ropa llena de sangre, confesó a un uniformado que minutos antes había desollado a una joven de 25 años, al parecer por un asunto de celos.
El policía, se publica en El Universal, le pidió que lo llevara a la escena del crimen, por lo que ambos entraron al departamento 501 del edificio que se encuentra en el 258 de la calle Tamagno, en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde encontraron el cuerpo desollado de la joven.
El agresor le contó que con un cuchillo de cocina le quitó la piel del rostro hasta las rodillas, pero antes le asestó cerca de cinco puñaladas, y luego de eso le extrajo las vísceras (que presuntamente aparecieron en una bolsa a unas cuadras del departamento), por lo que de inmediato fue detenido por las autoridades y presentado ante el Ministerio Público.
El feminicidio aparentemente ocurrió durante la madrugada, pues vecinos refirieron a las autoridades que escucharon ruidos, pero nadie pidió ayuda, sino hasta que el hombre salió ensangrentado del departamento 501 fue que solicitaron la intervención de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), por lo que de inmediato llegó una patrulla y lo detuvieron.
Se dio a conocer que Ingrid “N” y Eric Francisco “N” tenían una relación sentimental, pues con frecuencia se le veía en el edificio.
En sus primeras declaraciones, el presunto agresor, de profesión ingeniero civil, dijo que se había drogado y luego aseguró a las autoridades de investigación que “le entró el diablo”.
Argumentó que no se acuerda de lo sucedido y no quiso explicar a detalle qué lo motivó a cometer el crimen, sólo se limitó a decir que cuando recobró la consciencia se sintió muy arrepentido, por lo que de inmediato se entregó a los policías para responder por su acto, confesando todo.
En la escena del crimen se encontró el arma homicida —un cuchillo de cocina—, así como diversos rastros de sangre de la víctima.
El presunto feminicida (que tenía rasguños y golpes en el rostro, pecho y manos, señal de que Ingrid “N” se intentó defender de la agresión) se le practicaron exámenes toxicológicos, para determinar qué tipo de drogas utilizó que lo hicieron perder la consciencia y cometer el crimen.
Las autoridades buscan a la familia de la víctima, pues hasta el cierre de esta edición nadie se acercó a reclamar el cuerpo, aunque está plenamente identificada.
Los vecinos entrevistados por los agentes de investigación dijeron desconocer a qué se dedicaba la mujer, pero que en ocasiones la dejaban de ver por varios días, por lo que sospechaban que trabajaba fuera de la Ciudad.
El expediente fue turnado a la Fiscalía Especializada en Feminicidios de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ), que está recabando todas las evidencia posibles —además de la confesión del sospechoso— para poder imputarlo. Se busca establecer el móvil de este crimen y si desde antes la joven era violentada por el sujeto.